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Las sospechosas muertes de personajes vinculados a la corrupción de la 4T: los ejecutan, se caen sus aviones o se les mueve el piso y caen en escaleras mortales

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Si a usted, alguna vez le ofrecen que maneje –legal o ilegalmente– dineros de Morena o del gobierno de la Cuarta Transformación, no se atreva a aceptarlo por mejor negocio que le parezca.

Las posibilidades de que lo asesinen a mansalva, de que súbitamente se le desplome el avión en el que viaja o que algún “escalón asesino” se le cruce en el camino para ocasionarle muerte por fractura cerebral, son muy altas.

Si lo duda, vamos al recuento de estas muertes tras el infortunado deceso de Carlos Urzúa, quien fuera el primer secretario de Hacienda del gobierno de la Cuarta Transformación y quien renunció con una explosiva carta el 9 de julio de 2019, sin cumplir el primer año en el cargo, por serias diferencias con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Desde su renuncia a tan privilegiada como estratégica posición, Urzúa estaba convertido en un crítico mordaz de las acciones del gobierno lopezobradorista. Y sus denuncias las publicaba en medios de alto perfil con alcance nacional.

Por ejemplo, el 25 de septiembre del 2023, en el periódico El Universal, el ex secretario de Hacienda publicó un artículo bajo el título “El guardadito de 50 mil millones para el 2024”. Ahí, quien fuera el hombre responsable de las finanzas nacionales, denunciaba una diferencia entre el dinero asignado a las pensiones de adultos mayores y el número de beneficiarios. Se decía que eran 11.4 millones los que recibían el cheque de cuatro mil 800 pesos mensuales, pero la proyección oficial de adultos mayores para 2023 era de apenas 10.8 millones. El reparto de ese diferencial, que en el monto de 2024 se elevaría a seis mil pesos por cheque, multiplicado por más de 700 mil beneficiarios inexistentes, da como resultado 50 mil millones de pesos que Urzúa -algo sabría- estima que podrían terminar destinados al guardadito electoral para que Morena ganara las elecciones presidenciales de 2024.

Dos meses después, en su edición del 25 de noviembre, la revista Nexos publicó un más amplio análisis de Urzúa sobre ese tema, bajo el título de “El cartucho encendido” y en el que textualmente citaba: “Aseguraron que en el 2023 se transferirían pensiones a 11.4 millones de adultos mayores. (Pero) “A mediados de este 2023, el número de adultos mayores con una edad de 65 años o más fue del orden de 10.8 millones. ¿De qué lugar del mundo trajo la Secretaría del Bienestar a los otros 600,000 mexicanos? O, puesto en dinero contante y sonante, ¿dónde quedaron los 17,280 millones de pesos que restan?”. Eso solo del 2023.

Once semanas después de esta denuncia, Urzúa sufrió el infortunio de lo que hasta ahora es calificado como un “accidente casero”, un suceso que será investigado por la fiscalía de la Ciudad de México y/o por la Fiscalía General de la República.

De ninguna manera podemos afirmar que se trate de un crimen, pero la del ex secretario de Hacienda que mucho sabía y rastreaba las finanzas de la Cuarta Transformación, acabó por ser una muerte “muy oportuna”.

Tan oportuna como la muerte de Daniel Flores, el empresario de Proyecta que recibió 30 mil millones de pesos de contratos por asignación directa en Dos Bocas y cuyo avión cayó al mar, en Veracruz, el pasado 29 de julio, luego de una discusión pública con Adán Augusto López, de quien se dice era su “operador financiero”.

Si, la misma empresa Proyecta que Amílcar Olán, amigo muy cercano a los hijos del presidente López Obrador, presumía en una grabación difundida por Latinus que esa corporación multimillonaria era en realidad propiedad de ellos –de los hijos del presidente y del propio Amílcar– y no de Daniel Flores, quien era una simple fachada.

Ni qué decir del asesinato a mansalva de Sergio Carmona, el huachicolero de Morena, quien fue victimado el 22 de noviembre de 2021 en una barbería de San Pedro Garza García, en Nuevo León.

De acuerdo al contenido de los teléfonos de quien era conocido como el Rey del Huachicol Fiscal, revelados el pasado 16 de enero por Código Magenta, Carmona Angulo era, a través de Mario Delgado y Erasmo González –presidente de Morena y diputado por Tamaulipas, respectivamente– quien transfirió millonarios depósitos para financiar campañas electorales en Sinaloa, Tamaulipas, Nayarit y Colima, entre otras entidades.

Por eso decimos que, es de muy mala suerte, manejar dinero dentro de la Cuarta Transformación. Sea de manera legítima como lo hizo el recientemente fallecido Carlos Urzúa, o ilegítimamente como fueron los casos de Sergio Carmona y Daniel Flores, operadores al servicio de prominentes personajes del Partido en el Poder.

Tres muertes tan “oportunas” que vienen a confirmar aquella máxima de “muerto el perro, se acabó la rabia”. ¿Será?

Este reportaje se publicó originalmente en Código Magenta, en el link: https://bit.ly/3wo99LQ

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