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Fracaso y propaganda

Macario Schettino | @macariomx

El fracaso del gobierno de López Obrador me parece muy evidente, aunque me insistan algunos que busque cosas buenas, que seguro las encontraré. Me han dicho que era una administración responsable, pero creo que ya es claro que eso no fue cierto. Me han sugerido que reconozca los buenos resultados de los incrementos al salario mínimo, pero me parece que ya hay evidencia de que está causando más problemas que beneficios: las empresas formales están contratando menos que antes, en comparación con su capacidad de generar valor, y hay evidencia circunstancial de que los incrementos de ingresos entre los informales no responden al incremento en el mínimo, sino a la presencia del crimen organizado.

Así que no encuentro cosas buenas, pero sí falencias abundantes. Hemos perdido capacidad en seguridad nacional, conforme los militares se ocupan en cosas que no les tocan y que, por cierto, la Constitución expresamente prohíbe. Hemos perdido territorio a manos del crimen organizado, y las muertes ocasionadas por ello siguen creciendo, aunque ahora las clasifiquen como desapariciones.

El sistema de salud ha sido destruido, y los mexicanos han tenido que cubrir sus necesidades incrementando el gasto de bolsillo. Por eso, aunque sus ingresos hayan crecido un poco, en los hechos son más pobres, como lo he mostrado en otro lugar. El sistema educativo ha entrado en una fase muy peligrosa con la adopción de la Nueva Escuela Mexicana, y los nuevos libros de texto. Es un programa de adoctrinamiento cultural creado por los chavistas de esta administración (los amigos de la esposa) y por la CNTE. Si no se elimina esto el próximo año, puede usted irse olvidando de la viabilidad de México. Es el mismo proceso de Cuba, Venezuela y Nicaragua, pues.

Del deterioro de la infraestructura, de las inversiones inútiles en energía, de la inseguridad en carreteras, creo que no es necesario hablar más. Este gobierno no ha logrado mejorar en ningún área.

Con esto a cuestas, considerando que los votos por la oposición han sido superiores a los de Morena y aliados en los últimos tres años, y agregando que ahora ya hay una candidata, que además es ideal para el momento, debe quedar claro el terror que sufre un Presidente que no puede pensar en nada más que no sea el poder.

Por eso intentaron destruir a Xóchitl Gálvez desde el inicio, afirmando que no era de origen indígena, ni había sido pobre, ni había salido por su propio esfuerzo. Que no era ingeniera (hasta plagio le quisieron encontrar), que no ha sido empresaria, que ha sido corrupta. En todo ello fracasaron.

Están ahora en una segunda etapa, y quieren convencerlo a usted de que Xóchitl no es buena candidata, que no tiene campaña, que se desinfló, que no tiene futuro, que la van a cambiar. Es una campaña propagandística iniciada en Palacio y reforzada por todos los socios del Presidente, desde medios hasta columnistas, desde influencers hasta espontáneos.

Cuando esto también fracase, van a intentar destruir la capacidad operativa del INE, para que no haya elección. Si la hay, movilizarán a otros socios del Presidente, buscando anularla. Cuando el TEPJF certifique el triunfo de la oposición, López Obrador afirmará que hubo fraude, y querrá perpetuarse en el poder.

Es el guion para este último año de López Obrador. Lo van a aderezar de más golpes, como los que vimos a los aeropuertos (incluyendo la militarización del AICM). No les va a alcanzar.

La respuesta de la sociedad debe ser mantener la serenidad, promover la organización y el voto, participar, y no involucrarse en discusiones inútiles o enfrentamientos peligrosos. Muchos de los que tendrán que irse saben que les va la vida en ello. Mucho cuidado.

Este artículo se publicó originalmente en El Financiero, se reproduce con la autorización del autor.

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