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Le arrebata la sociedad el poder de las redes sociales a López Obrador, para apoyar a Xóchitl Gálvez y cuestionar el embate autoritario lanzado desde Palacio Nacional en su contra

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El surgimiento de la popularidad de la senadora Gálvez es una muestra de que se puede capitalizar el sentimiento ‘anti-4T’, escribe Jesús de los Ríos.

Desde la semana pasada Xóchitl Gálvez ha estado superando a Claudia Sheinbaum en la conversación en medios digitales, lo cual no es poca cosa si pensamos en que la principal candidata de Morena cuenta con varios meses (por no decir años) de campaña activa por todo el país, además de un ilimitado presupuesto y el apoyo de nuestro mesías tropical desde Palacio Nacional.

De acuerdo con el estudio de opinión pública digital de Saxum Media, Gálvez, la precandidata de la alianza opositora, ha tenido en estos 15 días 498,789 menciones que generaron 2.3 millones de interacciones, en contraste con las 348,515 menciones y 1.5 millones de interacciones que logró Claudia Sheinbaum. Estos números también vale la pena compararlos con los de Marcelo Ebrard que quedó en tercer lugar con 197,934 menciones y 738,813 interacciones, y con Santiago Creel con 108,625 menciones y 431,985 interacciones. Adán Augusto López no alcanzó ni a Santiago Creel, su campaña nomás no levanta.

Esta fuerte reacción positiva ante la llamada Xóchitl-manía nos deja varias enseñanzas. La primera, es que efectivamente se puede capitalizar el sentimiento anti 4T, siempre y cuando la persona que sea contendiente por parte de la oposición sea la adecuada. La segunda, es que López Obrador y su favorita Sheinbaum no las traen todas consigo; pueden perder la elección.

Si bien Claudia es la más popular de las corcholatas, la elección de 2024 se pinta más cerrada de lo que quisiera el presidente y para muestra está la elección del Estado de México en la cual, Morena esperaba ganar por más de 20 puntos y al final solo logró hacerlo por 8, con todo y el presupuesto enorme, el apoyo de varios gobernadores y del propio presidente.

El tercer aprendizaje es que Xóchitl Gálvez es mejor candidata que Santiago Creel por una razón muy sencilla y que se ve reflejada en el estudio de opinión pública digital: ella representa mejor y les habla a otros mercados mucho más amplios que los de Creel. Xóchitl no se ve como una candidata de las cúpulas partidistas, ni como una de esas conservadoras neoliberales de las que tanto se habla en las somníferas mañaneras, de hecho, el propio presidente ya da muestras del enorme temor que tiene de que la oposición le ponga enfrente a una candidata mujer, que rompe con el estereotipo que él mismo creó de cómo es “la oposición” y que incluso le puede robar los votos blandos a Morena, sobre todo entre las clases medias que paradójicamente serán las que decidan al ganador de la próxima elección.

En contraste, Santiago Creel nunca ha ganado una elección. Fue diputado federal, pero llegó por la vía plurinominal, fue candidato a jefe de gobierno y perdió con AMLO, fue precandidato a la presidencia en dos ocasiones y perdió ante Calderón y ante Josefina Vázquez Mota. Luego fue Senador y nuevamente Diputado Federal ambos puestos por representación proporcional, así que su carrera política y los altos puestos que ha ocupado se los debe a la cúpula del PAN y sus expresidentes, no a los electores.

La elección del 2024 ya empezó y no hay nada escrito aún sin embargo, ya pinta para ser una elección muy polarizada y cerrada. El discurso de que Morena va a ganar por paliza no aguantó ni la llegada de los precandidatos de la oposición. Lo más interesante es que hay un escenario en que sí o sí tendríamos a la primera mujer presidenta de nuestra historia, eso ya sería revolucionario.

En otras latitudes digitales…

Sheinbaum fingiendo el acento para sonar más tabasqueña es el mejor ejemplo de lo flaca que anda la caballada del partido oficial.

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