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El oportunismo de Javier Corral: cambiando de postura según conveniencia, se suma a la “secta” del “ambicioso vulgar”

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El oportunismo de Javier Corral, manifestado numerosas ocasiones lo mismo con Televisa que con Carlos Slim, vuelve a hacerse presente: ahora se suma gustoso a lo que había denunciado como “secta” de un “ambicioso vulgar”, quien lo había acusado, a su vez, de ser un “simulador” que mantenía igual la corrupción en Chihuahua. He aquí algunos episodios de su trayectoria.

Dispendio en medios

Javier Corral había sostenido un añejo diferendo con Televisa debido al adeudo que, por spots dedicados a él emitidos en 2004, el PAN tenía con la televisora cuando aquel fue candidato a gobernador de Chihuahua. Entonces acusó que Televisa aplicaba “un mecanismo de presión y de chantaje” contra él por sus posturas críticas respecto a la situación de las telecomunicaciones, las que, dijo, “no están determinadas por un juicio de la televisora en mi contra”.

Según refirió entonces Corral, la malquerencia de la empresa de Emilio Azcárraga contra él fue que desde 2002 se opuso al decreto de Vicente Fox sobre tiempos oficiales que beneficiaba a Televisa. Posteriormente, en 2005, crecería esa animadversión en ocasión de la discusión de la reforma de las leyes federales de Telecomunicaciones y de Radio y Televisión.

En 2014, en medio de otro conflicto con Televisa, Corral afirmó que “nunca he permitido que ni Emilio Azcárraga ni Bernardo Gómez me traten como tratan a otros políticos. Yo los he mandado lejos. No he aceptado que me chantajeen”.

En 2016 el choque con Televisa llegó a que un juez ordenó a Corral la venta de una propiedad del político entonces panista y del embargo de otro predio.

Pese a lo anterior, en 2017 Corral, como gobernador en Chihuahua, autorizó un acuerdo comercial para la prestación de servicios de publicidad por 13.9 millones de pesos durante ese año, por el que cada mes entregaría un millón de pesos más IVA.

Según recordó entonces el Diario de Juárez, Corral había dicho con anterioridad que no habría convenios de publicidad, con lo que buscaría terminar con “el dispendio del dinero público a los medios”.

Veneno puro

Otro buen pleito que Corral tuvo en telecomunicaciones fue en 2002 en ocasión de la normatividad en telecomunicaciones, cuando se opuso decididamente a las intenciones de Carlos Slim de mantener su monopolio en telefonía.

Denunció a quienes se oponían a su iniciativa y proponían otra de defender los intereses de Carlos Slim, y hasta amenazó con presentar pruebas de los apoyos económicos que el empresario les entregaba, según él (finalmente no presentó nada).

Entonces acusó a Slim de ejercer un “poder sin escrúpulos” en el Senado para que la iniciativa de reforma de Corral no fuera presentada. Y en ese órgano legislativo se lanzó contra el empresario: denunció que Carlos Salinas de Gortari le vendió Teléfonos de México a precio de remate.

Asimismo, el entonces senador Corral mantuvo una férrea oposición al ingreso de Slim en el negocio de la televisión por cable.

Sin embargo, posteriormente el político hasta hace poco panista cambió de parecer tras una conversación con Slim, quien lo convenció de sus bondades y así, ya para 2011, procedió a defenderlo.

Así, en un artículo periodístico, Corral pasó a alabar la intención de Slim de romper el duopolio televisivo: contó que el ingeniero le contó de su propósito de democratizar la oferta televisiva sin incursionar en los contenidos, sino que, más bien, para poner sus canales al alcance de productores independientes.

En su texto, el político chihuahuense no ocultó su entusiasmo por lo que Slim le había dicho: “No pude contenerme y le dije que eso que me decía significaba veneno puro para el duopolio de la TV”. Y, en la disputa Televisa-Slim, Corral tomó partido por este y desde entonces ya muy lejos quedaron sus ataques de menos de una década antes.

“No da el ancho”

En septiembre de 2017, Andrés Manuel López Obrador fustigó a Corral de manera nada amable: dijo que la queja era que continuaban la inseguridad y la violencia. “No da el ancho Corral, el nuevo gobernador. Se ha dedicado nada más a simular, a la publicidad”. Y se quejaba de que el panista hubiera pintado fachadas de inmuebles públicos de azul.

“Es una simulación, una farsa, lo que significó el cambio aquí en Chihuahua”, reclamó el tabasqueño.

Un mes después, López Obrador volvió a lanzarse contra Corral: dijo que en el gobierno de este no se licitaban los contratos, se compraban medicamentos a empresarios cercanos porque estaba pagando favores.

Sobre el gobierno de Chihuahua, el tabasqueño fue por demás lapidario: dijo que no observaba ningún cambio en el gobierno, que los pueblos seguían abandonados y que continuaban la inseguridad, la violencia y la corrupción, por lo que se necesitaba un cambio verdadero en el estado.

Como ejemplo de la relación del chihuahuense con Morena debe recordarse cuando el 12 de enero de 2018, ante las denuncias de Ricardo Anaya contra César Duarte, antecesor de Corral, por corrupción, la entonces presidenta de aquel partido, Yeidckol Polevnsky, atacó al precandidato presidencial al afirmar que eso era un distractor mediático, una “caja china”, para la cual había tenido como cómplice al gobernador de Chihuahua.

Un mes después López Obrador volvió a la carga contra Corral: le acusó de no resolver el problema de la violencia porque no había hecho nada por crear empleos y atender a los jóvenes. Lo que sí había hecho, señaló el tabasqueño, era pintar de azul las casetas de cobro y denunció su alianza con el priismo: “Hizo toda esta faramalla para desviar la atención y hacerle propaganda a (Ricardo) Anaya. Entonces, como también Meade participó en ese fraude electoral, pues les convenía a los del gobierno entenderse y por eso se arreglaron. Pero son lo mismo”.

En febrero de 2018 Corral golpeó en Twitter a la organización obradorista: “Más que Partido, Morena parece una secta en donde se oye, se calla y se obedece; si adentro alguien discrepa de @lopezobrador_ lo expulsan, si afuera alguien le hace sombra lo insultan o lo descalifican”.

Posteriormente, ya cerca de las elecciones presidenciales, el 7 de junio de 2018, Corral se lanzó contra el régimen corrupto y corruptor de Enrique Peña Nieto, y añadió: “Tampoco debe llegar @LopezObrador que ya pactó, convertido en lo que tanto criticó: un ambicioso vulgar”.

Vergüenza infinita

Ya con López Obrador como presidente, Corral sostuvo un enfrentamiento con él debido al agua de la presa La Boquilla, cuando el tabasqueño le acusó de estar detrás de los manifestantes y de darle un uso electoral al conflicto. Entonces el chihuahuense fue duro con él: “Es ruin, es vulgar la manipulación que hace el gobierno de la república de la información. Lo primero que hay que lamentar es la tragedia de México: haber pasado de un presidente corrupto, como lo fue Peña Nieto, a un presidente que siembra el odio, que manipula y falta a la verdad”.

El 18 de septiembre de este año, el periodista Claudio Ochoa Huerta publicó en El Universal un artículo titulado “Dos prianistas al servicio de Claudia”. En ese texto relataba brevemente la primera oposición de Corral a López Obrador, al que consideraba “mentiroso” y “sembrador de odio”, expresiones que eran respondidas por el tabasqueño en el mismo tenor.

En otra conversación personal (tal vez como la que tuvo con Slim antes) la opinión de Corral sobre el tabasqueño empezó a cambiar y hasta empezó a defenderlo, según el artículo, en el que se reprodujo una de sus expresiones: “López Obrador sí quiere acabar con la corrupción, pero hay elementos de su gabinete que no piensan lo mismo”.

Ochoa Huerta reprodujo un comentario de Corral: “Hay un odio enfermizo contra el presidente”, el que fue respondido de la siguiente manera por López Obrador: “Hostigan a Javier con las investigaciones en su contra”.

El periodista comentó que fuentes le revelaron que Corral ya estaba cercano a Sheinbaum y operando para ella. Sin embargo, en X el chihuahuense negó lo escrito por Ochoa Huerta, básicamente que tuviera algún ofrecimiento de ella o que negociara algún cargo futuro. Dijo que rechazó desde siempre la alianza del PAN con el PRI y que sólo operaba para vender libros.

Dijo también que el blanquiazul terminó aliado “con lo más corrupto del PRI, es una vergüenza infinita”.

Sobre su relación con López Obrador, afirmó que después de los “catorrazos”, “hoy tenemos una magnífica relación personal basada en la franqueza y el respeto”.

El pasado 9 de noviembre Corral renunció al PAN, y el 3 de diciembre se presentó en el acto de Claudia Sheinbaum en el que esta presentó a sus colaboradores para elaborar su “proyecto de nación”. El expanista participará en combate a la corrupción y la impunidad. En el acto también estuvo, entre otros, el exgobernador de Oaxaca Alejandro Murat, uno de esos políticos del más corrupto PRI que tanto dice detestar Corral. Ahora va hombro con hombro con, al menos, uno de ellos.

“La doctora Sheinbaum y yo desde hace tiempo tenemos un diálogo que se fortaleció cuando fuimos colegas gobernadores, y luego ella me buscó directamente (…) Finalmente le acepté cuando me dijo: ‘Mira, lo que queremos es un modelo en el que realmente se combata la impunidad, la corrupción’”, reveló Corral en el acto con sus nuevos aliados.

Ochoa Huerta no dejó pasar la ocasión para referirse a la carta en la que Corral quiso desmentir su artículo de septiembre: “¿Era invento mío? Hoy, este señor se incorpora al equipo de la candidata de Morena. Cada una de sus líneas se desplomó. A seguir haciendo periodismo”.

Y así Corral se sumó a la campaña de la precandidata de lo que llamó “secta”, donde alternará con políticos del que llamó PRI más corrupto, lo que, por lo visto, no le ha causado, ni remotamente, “vergüenza infinita”.

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