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Javier Milei, candidato ultraderechista libertario, derrota a Sergio Massa en las elecciones presidenciales de Argentina

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Cerca de 12 puntos porcentuales le sacó de ventaja Javier Milei, el ultraderechista libertario, a Sergio Massa, candidato del kirchnerismo, en las elecciones presidenciales de Argentina realizadas este domingo 19 de noviembre. Se trata de un voto de castigo que no resulta muy halagüeño por el perfil y las propuestas del ganador y que demuestra una amplia inconformidad con el actual gobierno peronista.

La noche de este domingo, en cifras del escrutinio con un avance del 99 por ciento de las casillas, ya se dio por vencedor a Milei por una diferencia notable: prácticamente 12 puntos, 56 contra 44 por ciento, pese a que las encuestas en los días previos señalaban una ventaja para él pero mucho más corta y se esperaba que fueran comicios cerrados.  Al respecto, debe recordarse que en la primera vuelta de las elecciones argentinas, verificadas el 22 de octubre, Massa había aventajado con más de 36 por ciento de los sufragios contra casi el 30 de Milei.

La victoria del opositor ultraliberal fue reconocida por el propio Massa, quien escribió en su cuenta de X: “Me comuniqué con Javier Milei, el presidente que la mayoría de los argentinos eligió para los próximos 4 años, lo felicité, le deseé suerte, y le propuse mañana mismo poner en marcha mecanismos de enlace y transición de cambio de gobierno, para el normal funcionamiento económico, social, político e institucional”.

En un discurso, Massa explicó que “obviamente los resultados no son los que esperábamos, y he felicitado a Javier Milei porque es el presidente que la mayoría eligió para los próximos cuatro años”.

Por supuesto, Milei lanzó ditirambos para sí mismo: habló incluso de que es un “milagro” que ahora haya un presidente “liberal y libertario”, y en ese sentido se llamó “el primero de la historia de la humanidad”. Y, en el sentido de los dirigentes populistas y como buen outsider, continuó con su autoelevación a la historia como un hito: “Se ha terminado con una forma de hacer política y comienza otra”, que fijó un plazo de 35 años para volver a hacer de Argentina una “potencia mundial”.

“Hoy comienza la reconstrucción de Argentina. Hoy comienza el fin de la decadencia argentina. Se termina con el modelo empobrecedor del Estado omnipresente”, dijo el impulsor de un liberalismo casi ilimitado, que ofreció “soluciones drásticas” a la actual situación de su país.

En su discurso de la victoria Milei usó frases que inevitablemente evocan a sus correligionarios de populismo latinoamericano, aunque sean de otro signo político: por ejemplo, “hoy se termina la idea de que el Estado es un botín a repartirse entre los políticos y sus amigos”, y que “sabemos que hay gente que se va resistir, que quiere mantener privilegios. A ellos les digo: dentro de la ley todo; fuera de ella, nada”.

El economista ultraliberal advirtió que la noche de este domingo festejaría, pero que desde el lunes a primera hora se pondría a trabajar porque “es fundamental que todos los que queremos abrazar las ideas de la libertad trabajaremos juntos a partir del 10 de diciembre”, fecha en que asumirá la Presidencia de Argentina.

Reescribir una historia

Entre otros asuntos, Milei se ha comprometido a privatizar las empresas que están en manos del Estado argentino, reformas a los sistemas públicos de salud y educación en el mismo sentido (aunque de estas propuestas después se desdijo), además de eliminar el banco central y dolarizar la economía.

Si bien lo económico está en el centro de su triunfo ante la mala gestión del gobierno actual, Milei ha sostenido posturas muy polémicas, por decir lo menos: reservas ante las causas del cambio climático, oposición a la legalización del aborto, acusó al papa Francisco de apoyar al comunismo, es favorable a la libre portación de armas, además de que ha defendido a la dictadura militar argentina de los años setenta.

Como se puede observar, su discurso tiene varias similitudes con las del empresario y expresidente de Estados Unidos Donald Trump, quien felicitó a Milei: “¡El mundo estaba mirando! Estoy muy orgulloso de ti. Vas a darle la vuelta a tu país y realmente hacer de nuevo grande a Argentina”.

Milei nació en el barrio Palermo de Buenos Aires el 22 de octubre de 1970. Hijo de un padre empresario del transporte y de un ama de casa, terminó por prácticamente romper con ellos, tanto que en una entrevista incluso dijo que para él “están muertos”.

No ocurre así con su hermana Karina, quien le ha impulsado y apoyado hasta la fecha, con quien tiene una relación muy cercana y de quien el economista ha dicho que sería la “primera dama” si llegaba a presidente.

Fue un apasionado del futbol, en el que se desarrolló en el equipo amateur del Chacarita Juniors, en el que incluso llegó a formar parte de la plantilla profesional. Sin embargo, dejó sus afanes deportivos por continuar sus estudios. De esa forma en la Universidad de Belgrano se recibió en Economía, y después realizó un par de maestrías en el Instituto de Desarrollo Económico y Social y en la Universidad Torcuato di Tella.

Desde 2012 empezó a colaborar con medios de comunicación: colaboró en diarios, y después pasó a la radio y la televisión, en la que empezó a presentarse como un polemista duro y ofensivo a favor de opiniones ultraliberales y en contra de la “casta política”.

Ya con esa visibilidad pública, inició su trayectoria en la política militante al sumarse al Partido Libertario, una organización derechista que propugna por una versión radical del liberalismo económico. Pero fue en 2021 cuando dio forma a una estructura, la coalición La Libertad Avanza, postulado por la cual obtuvo una diputación.

Con un estilo altisonante empezó a distinguirse por su postura radical contra la clase política, la de los años recientes del peronismo, personificada por Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Alberto Fernández. Una inflación del 140 por ciento en el último año a cargo de estos gobiernos le abrió la puerta para convertirse en una poderosa oposición.

“Hemos logrado construir esta alternativa competitiva que no sólo dará fin al kirchnerismo, sino que, además, dará fin a la casta política parasitaria chorra e inútil que hay en este país”, comentó Milei al respecto en agosto pasado.

Un antikirchnerista recalcitrante, el economista ha declarado que “el problema argentino es que la solución está en manos del problema: los políticos”. Pese a ello, fue importante el apoyo de estos, como son los casos de Mauricio Macri y Patricia Bullrich.

Sin embargo, más allá de sus dudosas propuestas en materia económica también ha hecho comentarios deplorables sobre la dictadura militar de los años 70 en Argentina y los derechos humanos. Así, por ejemplo, refiere que la represión ejercida entonces fue más bien una guerra, en la que las víctimas del Ejército fueron menos que las que se ha mencionado oficialmente y en la cual también los “terroristas” causaron muertes.

Así, Milei comentó: “Nosotros valoramos la visión de memoria, verdad y justicia. Empecemos por la verdad: no fueron 30 mil desaparecidos, fueron 8 mil 753″, en una guerra en la que las fuerzas de seguridad del Estado cometieron “crímenes”, pero “también los terroristas mataron gente, torturaron, pusieron bombas y cometieron delitos de lesa humanidad”.

Sobre ese tema también se lanzó contra las Madres de la Plaza de Mayo: “Tampoco estamos de acuerdo con aquellos que usaron la ideología para ganar plata y hacer negocios turbios. Ustedes sigan recordando la historia; nosotros vinimos a reescribir una distinta”.

En su lucha contra la izquierda, Milei también se ha ido contra su compatriota el papa Francisco, quien hizo comentarios sobre medidas fiscales para disminuir la desigualdad. Tras ello el economista se lanzó contra él: “La justicia social es la envidia, el resentimiento. Habría que informarle al imbécil que está en Roma y defiende la justicia social… que sepa qué es un robo y que eso va en contra de los mandamientos. El papa, lo voy a decir de frente, es el representante del maligno en la Tierra, ocupando el trono de la casa de Dios. El papa impulsa el comunismo, con todos los desastres que causó”.

Ganar plata

Además, el libertario Milei se opone decididamente a la libertad de las mujeres para decidir la interrupción del embarazo. En esa materia es muy restrictivo y conservador: “Cuando construís sobre un principio moral incorrecto, el resultado es inmundo. ¿Cómo puede ser un derecho ganado poder matar a otros seres humanos? Como liberal creo en el derecho irrestricto a la vida del prójimo basado en la defensa de la vida, a la libertad y a la propiedad. Defiendo la vida, la biología dice que la vida inicia con la concepción”.

En lo que sí pretende la libertad es en la venta de órganos humanos, a los que concibe en el mercado. En una entrevista cuestionó la regulación del Estado en la materia y dijo que funcionaría mejor con el libre mercado. Expresó: “Mi primera propiedad es mi cuerpo, ¿por qué no voy a poder disponer de mi cuerpo”.

Posteriormente, después del repudio que generó su idea, insistió en ella al decir que, mientras en su país hay 350 mil muertos anualmente y que por ley son donantes, “hay 7 mil 500 personas sufriendo, esperando los trasplantes. Hay algo que no está funcionando bien”. Para resolver la situación, “lo que propongo es buscar mecanismos de mercado para resolver este problema”.

Cuestionador del cambio climático, es un creyente profundo en la supremacía de la lógica de la ganancia sobre consideraciones ambientales: “Una empresa que contamina el río, ¿dónde está el daño? Lo que no está bien definido ahí es el derecho de propiedad. Esa empresa puede contaminar el río todo lo que quiera, ¿saben por qué? Porque como hacen equilibro parcial, no ven el problema del equilibrio general, que es que sobra el agua. En una sociedad donde les sobra el agua y el precio del agua es cero, consecuentemente ¿quién va a reclamar el derecho de propiedad de ese río? Nadie, porque no puede ganar plata”.

El tema de salud también ha sido una preocupación sobre Milei: además de su exagerada locuacidad, ha tenido episodios por los que se ha puesto en duda su salud mental. El más reciente de ellos fue durante una entrevista televisiva el pasado 26 de octubre, cuando tuvo un actuar errático: pidió que detuvieran un murmullo y que escuchaba a gente hablar, lo que le impedía desarrollar los complejos temas sobre los que trataba; sin embargo, sólo él escuchaba eso. Esto provocó que en redes sociales muchos dijeran que se había “roto” y no faltó quien le retiró su apoyo.

Gracias al peronismo en su versión kirchnerista, ahora el pueblo argentino ha escogido a quien enarbola las ideas anteriores.

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