Política

AMLO evita visitar Chalco tras 20 días de inundación de aguas negras, alegando “cuidar la investidura presidencial”

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El presidente Andrés Manuel López Obrador rehuyó acudir a Chalco ante la emergencia causada por la inundación de aguas negras, con el manido pretexto de “cuidar la investidura presidencial”. Sin embargo, antes de ser presidente el político macuspano practicó el “zopiloteo” para sacar raja política de tragedias de ese tipo.

López Obrador, para evadir atender personalmente la grave situación que atraviesa Chalco por la inundación de aguas negras que lleva más de 20 días, recurrió a su coartada acostumbrada: “la investidura presidencial”. El hombre que dijo haberse “aflojado en terracería” antes hacía duros reclamos por situaciones similares, ahora evade, una vez más, su responsabilidad.

La crisis en más de 700 casas de varias colonias en Chalco debido a las lluvias, un sistema de desagüe insuficiente y la inundación con aguas negras inició el 2 de agosto. La gobernadora Delfina Gómez se presentó hasta dos semanas después y sin soluciones que permitan alguna esperanza a los residentes de mejorar su situación, pese a la intervención del Ejército tras la implementación del Plan DN-III.

Este viernes el tabasqueño, oriundo de húmedas tierras, fue cuestionado en su conferencia de prensa acerca de la situación de Chalco. Otra vez la vieja fórmula: 36 años de neoliberalismo, es decir, de abandono, atraso, rezago, saqueo… lo mismo que dijo, por ejemplo, para explicar la escasa cosecha de medallas en los Juegos Olímpicos. Habló hasta de la duración del Porfiriato, pero nada, por ejemplo, del colector que debió haber estado listo en la zona desde mediados de 2023.

Mencionó que ya están activos el Plan DN-III y el Plan Marina, la Guardia Nacional, Protección Civil… Sin embargo, el problema es que el nivel de las aguas negras prácticamente no ha bajado, frente a una muy notoria indolencia de las autoridades. Hay algunos testimonios de que integrantes de esos cuerpos se han negado a ayudar porque no llevan el equipo necesario para sumergirse en los líquidos nauseabundos.

Por supuesto, otra de las rutinas del macuspano que cumplió religiosamente en este caso fue autovictimizarse: el conservadurismo usa esta desgracia “para cuestionar al gobierno”, es una campaña, que es lo grave, no la realidad de los habitantes de Chalco en sí.

Preguntado sobre si piensa visitar Chalco en el marco de sus giras finales, evadió la emergencia como en otras graves situaciones, lo mismo en el derrumbe de la Línea 12 del Metro que en las zonas de mayor desastre en Acapulco tras el paso de Otis.

“No, no, no, porque está atendiéndose”, y más adelante hizo saber por qué no va a Chalco: “Por lo mismo que no fui en su momento a Acapulco: porque están como buitres. Es temporada de zopilotes; entonces, tengo que cuidar la investidura presidencial, o sea, no, Andrés Manuel, ¿no? Ya una vez que yo entregue la banda presidencial pues ya voy a ser Andrés Manuel, de Tepetitán, ya”.

El macuspano anunció que, tras dejar la Presidencia, se convertirá en un peleador secundarieco: “¿Sabes qué, sabes qué decíamos en la escuela? ‘A la salida nos vemos’. Pero ahorita no puedo, o sea; entonces, no me puedo exponer porque si digo: ‘Voy a ir Chalco’, ahí va a ir la provocación de los conservadores. Entonces, tengo que cuidar eso, pero no quiere decir que no se esté atendiendo a la gente de Chalco”.

Mientras el presidente defiende “la investidura presidencial” (es decir, sólo recibir festejos, genuflexiones, alabanzas, servilismo, etcétera), en los medios se sigue reportando la desesperante situación en Chalco sin muestras de un trabajo eficaz de las autoridades de todos los niveles para resolver el problema de manera urgente.

Pero con anterioridad a la “investidura presidencial”, en muchas ocasiones López Obrador se puso en modo “zopiloteo” para sacar raja política de inundaciones. Así, por ejemplo, en febrero de 2010 manifestó su solidaridad, nada más, con afectados por inundaciones en el Valle de México. Pero fue complaciente con el gobierno de Marcelo Ebrard: “Estoy seguro que el gobierno del DF apoyara a los damnificados”.

Pero meses después, en septiembre, en el contexto de esa clase de siniestros en estados como Chiapas, Tabasco, Oaxaca y Veracruz, ya no fue tan generoso ni se mostró tan esperanzado con gobiernos de otros partidos. Así, el día 7 tuiteó: “Me duele el sufrimiento de la gente afectada por las inundaciones en el sureste. Es la lluvia pero también la negligencia y la corrupción”.

Apenas 20 días después, López Obrador volvió a aprovecharse de situaciones de desgracia: “No sólo por huracanes se generan inundaciones, también por la corrupción y la falta de obras hidráulicas”.

En estos días, ya cerca de concluir el actual proceso electoral, es menester recordar que el macuspano también vinculaba las tragedias causadas por el agua con los comicios y que, en su caso, podría parecer hasta profético de su propia conducta. En octubre de 2009 fue elegido gobernador en su estado natal, y posteriormente hubo problemas con las aguas desbordadas. Por supuesto, López Obrador no dejó pasar la oportunidad para zopilotear: “Tabasco padece de nuevo de inundación por falta de obras hidráulicas y el PRI-gobierno hace tres semanas se gastó todo comprando votos”.

En noviembre de 2013, en medio de inundaciones en Guerrero, pidió al gobernador, Ángel Heladio Aguirre Rivero, una reunión para escuchar las demandas de los afectados, e incluso planteó que él podría estar presente (en su gobierno se ha negado a recibir a ciudadanos si van acompañados de asesores, abogados, políticos, pero en aquel entonces él sí lo podía proponer).

Muchos años después, pese a su discurso de “primero los pobres”, en un video grabado en noviembre de 2020 desde un helicóptero militar, el macuspano reveló cómo decidió inundar a los más pobres, a los indígenas. “Tuvimos que optar entre inconvenientes: no inundar Villahermosa y que el agua saliera por las zonas bajas. Desde luego, se perjudicó a la gente de Nacajuca; son los chontales, los más pobres. Pero teníamos que tomar una decisión”.

Así, López Obrador eligió anegar a “los más pobres”, quienes, según su célebre eslogan, son los que deberían ir “primero”.

En noviembre de 2023 un paisano de López Obrador, Roberto Madrazo, recordó otro húmedo episodio del macuspano respecto a ese tipo de emergencias. Entonces el exgobernador tabasqueño escribió en un tuit: “En 2007 tras las inundaciones de Tabasco, #AMLO exigía una partida del presupuesto federal para la reconstrucción del estado y la creación de una comisión de diputados y senadores para garantizar el destino de los recursos. Hoy que está en el poder, no habrá partida especial para reconstruir #Acapulco y llama ‘oportunistas’ a la caravana de damnificados. Que rápido paso de ‘primero los pobres’ a primero el #TrenMaya…”.

Así, en materia de inundaciones López Obrador pasó del más voraz zopiloteo al respeto a la investidura presidencial.

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