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Trato preferencial en tiempos de Covid-19: Mientras López Obrador elogiaba la vacuna cubana Abdala, su hijo recibía Pfizer

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En 2022, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador presumía la adquisición de la vacuna cubana Abdala para Covid-19 para utilizarla en niños mexicanos, su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, solicitaba se le aplicara la primera dosis para su hijo, para quien fue utilizada la Pfizer.

El 9 de mayo de 2022 el tabasqueño anunció que su gobierno adquiriría la vacuna cubana Abdala, la que enfrentaba cuestionamientos sobre su calidad. Añadió que sería utilizada para proteger de la Covid-19 a los niños pequeños, y que se aplicaría en menores desde dos años en adelante.

Añadió que “estamos en eso, pero sí se va a vacunar a los niños, a los más pequeñitos; o sea, es la etapa que viene”.

Entre los duros cuestionamientos que se le hacían al medicamento cubano, el 7 de junio el “zar anti-Covid-19”, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, saltó a la palestra y continuó la defensa de Abdala, que aún no obtenía la autorización de la Cofepris. Entonces dijo sobre el biológico cubano: “No tenemos duda ya con toda la información que hay sobre la calidad y la seguridad; es una vacuna muy probada, no solamente por la vacuna Covid Abdala, sino porque Cuba usó la plataforma tecnológica que viene usando para sus vacunas desde más de 30 años, y es una de las mejores plataformas tecnológicas del mundo. Es una capacidad tecnológica que Cuba ha desarrollado y que ha permitido altas eficacias, pero sobre todo un margen de seguridad muy, muy alto”.

Pese a los excelentes augurios que sobre Abdala expresaban tanto López Obrador como López-Gatell para aplicarla entre niños y adolescentes, por esos mismos días Gutiérrez Müller solicitó la vacunación para su hijo, a quien se le inoculó la Pfizer, la que le fue aplicada por dos marinos.

Etcétera encontró, entre los correos que el grupo Guacamaya hackeó a la Secretaría de la Defensa Nacional, una comunicación “confidencial” fechada el 2 de junio de 2022, en la que se lee que Gutiérrez Müller solicitó la aplicación de la primera dosis de la vacuna contra la Covid-19 a su hijo Jesús Ernesto.

La respuesta a la petición de la esposa del presidente López Obrador provino del capitán de Navío Miguel Ángel Rosales Maldonado, coordinador para el Plan de Vacunación para la Ciudad de México, quien informó que se le podía proporcionar la dosis de la vacuna Pfizer al menor.

A Jesús Ernesto le fue aplicada esa vacuna el 2 de junio de 2022, para la cual le fueron asignados un par de miembros del Centro de Estudios Superiores Navales en Ciencias de la Salud que, tras la inoculación, se retiraron.

Así, mientras el presidente López Obrador presumía la compra de la muy cuestionada vacuna Abdala para los niños mexicanos, para su hijo era utilizada la Pfizer.

Privilegiados de la Covid-19

Los anterior se suma al trato privilegiado que tuvo la familia presidencial durante la crisis de la Covid-19. Así, por ejemplo, en marzo de 2023 Latinus reveló que, según otros correos de la Sedena hackeados, para atender de la Covid-19 al mandatario, en enero de 2021 en Palacio Nacional fue instalada una unidad de terapia intensiva para su uso exclusivo, así como adaptada una habitación para su médico particular, Alejandro Svarch Pérez.

Además, el médico tratante en esa ocasión fue Jorge Alcocer Varela, titular de la Secretaría de Salud, además de que al presidente sí le fue aplicado el medicamento Remdesivir, cuyo uso no había sido autorizado por la Cofepris, aunque sí ya en Estados Unidos.

Otro que también recibió en condiciones de privilegio ese medicamento (que ha tenido un precio de hasta 40 mil pesos) fue José Ramón López Beltrán, primogénito del presidente. Para atenderlo de la Covid-19 en febrero de 2021, tres militares fueron asignados a la recepción y traslado de un par de medicamentos, Remdesivir y Barecitinib, que consiguieron en el almacén central de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México y en la aduana del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, desde donde llevados al Hospital Central Militar para aplicárselos.

Hasta un mes después la Cofepris autorizó la utilización del Remdesivir. Pero mientras este era aplicado a López Beltrán, en la Ciudad de México a los contagiados de coronavirus se les daba ivermectina, de la que nunca se ha comprobado su efectividad para atender la Covid-19.

Mientras López Beltrán era atendido en el Hospital Central Militar, su esposa, Carolyn Adams, convalecía también de Covid-19 en su domicilio. Allí, a petición de Gutiérrez Müller, acudió personal militar hasta para hacerle los quehaceres domésticos.

Ahora se revela que el hijo menor del tabasqueño también recibió trato privilegiado en la crisis generada por la Covid-19, lo cual debería ser extraño en un presidente que presume de la austeridad y manifiesta cada que puede su repudio a los privilegios.

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