Los ríos de sangre se extienden sobre la planicie tabasqueña; este sábado hubo dos ejecutados al estilo del narco: un comerciante y un policía
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Lamentablemente, la violencia en Tabasco parece no tener fin, con constantes hechos de sangre que estremecen a la población. En esta ocasión, dos personas fueron víctimas de la brutalidad de la delincuencia organizada: un comerciante y un policía estatal.
El comerciante, cuya identidad no ha sido revelada, fue sorprendido por un grupo de hombres armados en el poblado 11 de Febrero en Cunduacán. Sin mediar palabra, los agresores le dispararon, segando de manera cruel su vida y dejando consternada a toda la comunidad. Se desconocen los motivos detrás de este terrible crimen, pero queda claro que la impunidad sigue reinando en la región.
Por otro lado, en la ranchería La Arena del municipio de Comalcalco, un policía estatal fue asesinado en su propia casa. Según testigos, un grupo de sicarios llegó al lugar y abrió fuego contra el agente, acabando con su vida de manera rápida y despiadada. Este acto cobarde ha generado indignación en la sociedad tabasqueña, que exige justicia y seguridad para sus autoridades.
Estos dos nuevos casos de violencia se suman a la larga lista de ejecuciones que han marcado la realidad de Tabasco en los últimos años. La impunidad y la falta de respuesta por parte de las autoridades han generado un clima de miedo y desconfianza en la población, que ve con impotencia cómo la violencia se apodera de su cotidianidad.
