Columnistas

Fuera de la Caja

Visitas: 4

El tirano

Macario Schettino | @macariomx

Conforme avanza el tiempo se hace más claro el panorama. La elección se decide entre dos opciones, y una de ellas es la continuidad de López Obrador en el poder, viva o no en Palacio. Poco a poco, se va creando consenso alrededor de esta idea, que ya habíamos planteado hace mucho tiempo. La candidata oficial no es sino un parapeto del tirano que busca perpetuarse, y quiere hacerlo sin contrapeso alguno, como dejó claro en su paquete de insultos a la Constitución.

Las humillaciones que le ha propinado López a su candidata no son equivocaciones, sino estrategia (es un decir). Quitarle su candidato para la Ciudad de México, mandarla llamar a Palacio, dictarle la plataforma, imponerle equipos y legisladores, no son errores de un Presidente que busca impulsar a su sucesora: son las decisiones del candidato y jefe de campaña, del único, del irreemplazable.

El Presidente-candidato-jefe de campaña utiliza recursos públicos para avanzar. Lo hace todas las mañanas, ocupando dos o tres horas de medios de comunicación que, en teoría, están vedados para las campañas. Reparte además miles de millones de pesos para comprar votos. Hace uso de decenas de miles de “siervos de la nación”, que son pagados por el gobierno. Es una elección de Estado que tiene como objetivo no sólo el que López Obrador mantenga el poder, sino que ahora lo haga sin contrapesos. En pocas palabras, es un ataque directo contra la democracia.

Por eso debemos salir este domingo a manifestarnos. Porque no se trata de una elección cualquiera. Es la mayor amenaza a la democracia en un siglo, orquestada por un enfermo a quien acompañan centenares de rufianes, dedicados a medrar de las arcas públicas por ya cinco años.

Lo han expresado públicamente quienes impulsan la manifestación: si el gobierno mete las manos en las elecciones, si usa dinero público para sus campañas, si quiere desaparecer los organismos autónomos, si amenaza y censura a medios, si desinforma, corrompe, falsea, el voto no es libre.

Será ésta la tercera vez que los ciudadanos tomemos las calles. El 13 de noviembre de 2022, el 26 de febrero de 2023, y ahora el 18 de febrero de 2024, en defensa de la democracia, del INE, de la Suprema Corte, pero esencialmente en defensa de nosotros mismos, hemos tenido que salir a las calles para enfrentar al tirano que busca perpetuarse en el poder.

Muchas personas creen que se trata de una discusión abstracta, que la democracia no es algo relevante para quien tiene que ganarse la vida cada día. Pero es precisamente la división de poderes y la existencia de contrapesos lo que ha evitado, hasta hoy, el derrumbe total del sistema energético del país, que cuelga literalmente de alfileres. No alcanzó para defendernos de catástrofes (como en Acapulco, y pronto con el agua en muchas partes del país), y no ha sido suficiente para defender la integridad del territorio, porque en esos casos al autoritarismo se sumó la sevicia y la cobardía. Será peor si los ciudadanos abandonan la trinchera.

La situación de emergencia que vive el país no puede exagerarse. Es sólo cuestión de tiempo para que sea evidente para todos, y entonces se quejen de no haber sido avisados. Volverán los tontos útiles con su “no podía saberse”. Es ya poco probable que evitemos esa emergencia, pero aún podemos reducir su impacto. La mejor manera de enfrentar crisis que afectan a todos es precisamente entre todos. Y de eso se trata eso que les parece abstracto: la democracia y los contrapesos.

Debemos manifestarnos a favor de la democracia, y contra el tirano, este domingo en todas las plazas, y el domingo 2 de junio en todas las urnas. Nos va México en eso.

Este artículo se publicó originalmente en El Financiero, se reproduce con la autorización del autor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *