Intereses cupulares de los partidos políticos prevalecieron en proceso del Frente Amplio por México: observadores
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La Misión de Acompañamiento Cívico (MAC) encargada de la observación de la elección de candidato presidencial del Frente Amplio por México denunció que en ese proceso prevalecieron los intereses cupulares de los partidos políticos, informó Reforma.
Concluido el proceso de elección, que culminó con la designación de Xóchitl Gálvez Ruiz como virtual candidata del Frente Amplio por México, la MAC, creada en agosto pasado como un observatorio ciudadano integrado por personalidades de la sociedad civil, académicos y expertos en la materia electoral, entregó un documento acerca del proceso.
Reforma tuvo acceso a ese informe, del cual destacó que se impusieron las decisiones de las dirigencias de los partidos políticos en el proceso, por lo que es necesario establecer una legislación que fomente la participación ciudadana.
“Sin embargo, en los hechos prevalecen los intereses cupulares y de grupo en las decisiones que toman los partidos. En la legislación electoral debe existir una figura clara que valide y haga vinculante el proceso de selección ciudadana de una candidatura partidista”, consideró el MAC.
Entre los ejemplos de ese predominio partidista en la elección del Frente Amplio por México estuvo la cancelada votación que se debía haber realizado para definir a su candidata entre Gálvez y Beatriz Paredes. Con ello, considera la MAC, “se generó la sospecha de que la suspensión de la jornada se debió a conveniencias de las cúpulas partidarias que buscaban evitar el precedente de haber sometido sus candidaturas a primarias internas o generales (como fue el caso) que pudiera tratar de hacerse valer en el futuro”.
Los observadores añadieron que el más importante efecto negativo de lo anterior es que los simpatizantes no pudieron acudir a votar, un acto que, de haberse realizado, hubiera “dado a la selección del liderazgo una legitimidad similar a la que en otros países otorgan las elecciones primarias”.
Frente a ese cuadro político, la Misión estimó que la democracia mexicana debe “propiciar una participación ciudadana más activa y responsable que, sin el afán de sustituir la función que tienen los partidos, pueden oxigenar sus decisiones vinculándolos directamente con sectores de la sociedad a la que se dicen representar”.
