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Estas ruinas que no ves

Macario Schettino | @macariomx

En la semana, hemos platicado acerca de la muy difícil situación en que terminará la actual administración. Las cifras del presupuesto 2024 así lo confirman, pero la destrucción no se limita a las finanzas públicas. Aunque hemos mencionado algunos ejemplos de ello, creo que vale la pena intentar una lista un poco más detallada.

El más grave deterioro es el que ha sufrido la administración pública. A diferencia de otros cambios de gobierno, en los que se reemplazaban los niveles más altos, en el actual fueron retirados prácticamente todos los tomadores de decisiones: directores generales, directores de área, jefes de unidad, con lo que la calidad en la gestión pública se encuentra en niveles nunca antes vistos. El criterio, ya lo sabe, ha sido la lealtad, no la capacidad.

Sin embargo, a eso se ha sumado el intento (ya infructuoso) de esconder el mal manejo de las finanzas públicas. Aunque ahora es claro que no alcanza el dinero, esto podía verse desde hace mucho tiempo. En el primer año, el gobierno lo ocultó saqueando fondos y fideicomisos, pero también iniciando lo que ellos llaman “austeridad”, que en realidad ha significado la destrucción de muchas funciones del gobierno para mover recursos a los objetivos del Presidente: dádivas y obras faraónicas.

Probablemente el sector que más ha resentido ese proceso es salud. Primero intentaron centralizar las compras, provocando desabasto; después cancelaron el Seguro Popular, y no lograron que funcionara el Insabi, con lo que las familias quedaron sin recursos para enfrentar enfermedades catastróficas; luego vino el regateo con las vacunas covid, que después se convirtió en escasez de todo tipo de vacunas. Los mexicanos han tenido que incrementar su gasto de bolsillo en salud, con lo que son ahora más pobres que antes de iniciar este gobierno (si le interesa el detalle, en https://www.patreon.com/posts/87244322).

Los recursos que se liberaron dejando morir a los mexicanos se utilizaron para financiar obras que no tienen utilidad. El AIFA funciona, pero no sirve. No puede reemplazar al AICM, pero tampoco complementarlo, porque no existe forma de comunicarlos adecuadamente. Dos Bocas todavía no refina, y probablemente no lo haga en el sexenio. Cuando produzca, no habrá forma de recuperar una inversión que ha sido muy superior a lo estimado. Del Tren Maya, el mismo Presidente ha reconocido que no habrá utilidades, lo que significa que, además de costar cerca de un billón de pesos (ya lo verá), costará cada minuto de su operación.

La economía no se viene abajo porque dependemos de Estados Unidos. Lo único que ha crecido en el sexenio son: exportaciones manufactureras y agropecuarias, remesas, consumo de bienes importados e inversión en maquinaria y equipo, también importados. En los datos recientes de construcción no confíe.

Quienes buscan algo que reconocer a este gobierno se han refugiado en el incremento de ingresos de las personas, que la ENIGH reporta como ingresos laborales. Ya es claro que no hubo un incremento, sino una mejor recolección de información (https://redaccion.nexos.com.mx/la-caida-de-la-pobreza-multidimensional-en-2022/). Pero sí hay un incremento en los salarios formales, producto del mayor salario mínimo. Lo malo es que ya empezó a costar en términos de generación de empleos (también formales). Sin embargo, como cerca de 60% de los trabajadores son informales, y sus ingresos también han subido, hablan del “efecto faro”. En una primera revisión, no parece ser así: los ingresos de trabajadores informales crecen de forma importante no en los estados más productivos del país, sino en aquellos con mayor presencia del crimen organizado. (También lo remito a patreon.com/macariomx).

En suma, este gobierno ha destruido prácticamente todo. Lo que sigue funcionando se debe a Estados Unidos, y en parte al crimen organizado. Mala forma de celebrar un año más de Independencia.

Este artículo se publicó originalmente en El Financiero, se reproduce con la autorización del autor.

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