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Los jilguerillos callaron: Escándalo de fiesta de José Ramón López Beltrán pone en silencio a comunicadores proAMLO

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A diferencia de enero de 2022, cuando reventó el escándalo de la Casa Gris, ahora ninguno de los más visibles comunicadores proAMLO ha emprendido una estrategia de defensa de José Ramón López Beltrán, luego de que se supiera de la fiesta excesiva que él y su esposa dieron en honor de la hija de ella. 

Tampoco AMLO dijo nada y terminó temprano su conferencia de hoy, con la explicación de que tenía que acudir al informe de Alfredo del Mazo. El resto del tiempo lo usó para presumir el Tren Maya. 

Las fotos y videos del fiestón se viralizaron. Fueron los propios anfitriones, José Ramón y Carolyn Adams, quienes accedieron a ello. Se divulgaron en las cuentas del salón de fiestas, del grupo circense que actuó, del diseñador del vestido y de los organizadores. También en las redes de la hija de Adams. Nada se ocultó. 

Ante ello, el único que algo abrió la boca fue Álvaro Delgado, para recomendar “prudencia”. En su perfil de Twitter escribió: “Mientras no se usen recursos públicos adicionales al salario, que cada quien haga con su dinero lo que desee. Pero tratándose de la familia del presidente ⁦López Obrador, aun si no hay dinero privado, debe primar la prudencia. El pueblo no es tonto”. 

Delgado no se atrevió a arrobar a José Ramón, quien hace unos días lo regañó públicamente por llamar “derechista” a su tío, Pío López Obrador, quien fue parte de la campaña de Marcelo Ebrard. 

Muy distinta fue la actitud de Delgado el pasado 28 de abril cuando criticó el despilfarro que representó el avión presidencial que luego de varios años, AMLO logró vender. Esto fue lo que dijo, también en Twitter: 

“Se fue de México el símbolo del despilfarro, la opulencia y la desmesura con dinero público, emblema también del capricho, la prepotencia y los complejos de Felipe Calderón, quien con insolencia le impuso además el nombre de José María Morelos y Pavón”. 

También calladita, calladita, sin decir ni mú ha estado sobre el tema Citlalli Hernández, la senadora. Ni una palabra de defensa para el hijo del presidente.

¡Qué diferencia con el 21 de febrero de 2022! Ese día, en plena efervescencia del caso de la Casa Gris, escribió: 

“Ya se desmoronaron las mentiras sobre el caso de José Ramón López Beltrán y Carolyn Adams utilizadas para atacar a @lopezobrador_.  @CarlosLoret y su empresa las fabricaron; @penileyramirez y @AristeguiOnline replicaron sin rigor. Sin duda, deben una disculpa a las audiencias”. Obviamente, cuando con el correr de los meses se fueron demostrando los diversos aspectos del caso, Citlalli también calló. 

Ahora, ni siquiera fue para criticar al cochino dinero, como tanto le gusta hacer. Sin embargo, el pasado 1 de agosto, se permitió tuitear las siguientes palabras de AMLO: 

“Les recomiendo mucho #ALosJóvenes que no tengan tanto apego al dinero… la ambición al dinero nos quita libertad; cuando no tenemos hambre de dinero, somos más libres: @lopezobrador_”. 

Citlalli hubiera podido decir que José Ramón es un auténtico esclavo del dinero, pero no. Prefirió fingir demencia. 

Por su parte, el director del Sistema Público de Radiodifusión, Jenaro Villamil, también guardó silencio. En el fin de semana se dedicó a postear en Twitter sobre el Quinto Informe, sobre el Tren Maya y este lunes, sobre la mañanera. De la fiesta nada. Como si no hubiera existido. 

Ah, pero el 12 de agosto de 2016 criticó duramente a las entonces hijastras de Enrique Peña Nieto por sus lujos y excesos. A ellas sí. Compartió un artículo de The Guardian diciendo “Jóvenes, ricas y prepotentes”, las hijas de la familia presidencial. 

Un año antes, en marzo de 2015, escribió: “Vergonzosas para los mexicanos las ‘ropitas’ de la Gaviota y las hijas de Peña en Londres. ¿Qué no entienden?”. 

Lo curioso no es que no lo critiquen, pues es bien conocida su abyección a AMLO, sino que no lo defiendan.

Otro que está mudo es el periodisa Julio Hernández López, Julio “Astillero”. En contraste, el pasado 2 de junio difundió un video de su canal deplorando “que las fiestas buchonas se vayan integrando más en la cultura”.  

“#AstilleroInforma | Muy desafortunado que las fiestas buchonas se vayan integrando más en la cultura: @GCorreaCabrera, @ronquillodehoy y José Reveles”, tuiteó. 

El muy agresivo Rafael Barajas “El Fisgón”, igual. Nada de defender a José Ramón. Obviamente, tampoco nada de criticarlo. Silencio absoluto. Y eso que el derroche lo enfurece, o eso dice él. El 20 de marzo de 2019 tuiteó: “El saqueo de Pemex se hizo con la complicidad de Romero Deschamps. Su riqueza es ofensiva e inexplicable. Ese señor debe salir de la dirigencia sindical”. 

De la “riqueza ofensiva e inexplicable” de José Ramón, que apenas en 2018 andaba en chanclas, pants y usaba el Metro, no dice nada. No le conviene.  

El 1 de febrero de 2022 sí lo defendió. Esto fue lo que publicó: “El que engaña adrede no merece ser llamado periodista. Lo único que demuestra el reportaje sobre la casa de Houston de la esposa de José Ramón López Beltrán es que @latinus_us y  @CarlosLoret son parte de una maquinaria de engaño y desinformación”. 

Claro que cuando sucesivos reportajes ampliaron y profundizaron lo ocurrido en torno a la Casa Gris, El Fisgón mejor ya ni hizo olas. 

Como último ejemplo de esta revisión, citaremos al pequeño Jorge Gómez Naredo, director de Polemón.  

El 24 de junio de 2019, publicó en Twitter que “Ellos no lo entienden: no se ganó la presidencia por el cargo en sí ni por lujos ni para una vida de confort y riqueza. Se ganó para transformar al país, lograr bienestar y hacer justicia. No lo entienden: no les cabe en la cabeza porque ellos nunca fueron así. Ni lo serán”. 

Y pues ahora no se ha tomado la molestia de recordarle a José Ramón que no se vale una vida de confort y de riqueza. Está en silencio. 

Es claro que, al menos de momento, ninguno de los farsantes ha recibido la orden de defender a José Ramón. Si lo llegan a hacer, es probable que esgriman el recurso de que él no es funcionario público y puede hacer con su dinero lo que quiera. 

El problema es que el dinero que ostenta José Ramón no tiene origen conocido. Su riqueza es inexplicable y eso, por sí mismo, amerita una investigación judicial. 

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