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Columna invitada

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Marco Levario Turcott | @Arouet_V

El factor Xóchitl Gálvez:

1. No era impensable. Lo vi hace tres meses y se lo hice saber. Hace dos lo expresé públicamente: ella rompe el molde discursivo y defensor de privilegios de los políticos tradicionales.

2. Rompe el esquema de los partidos mismos porque no vive de la política ni se ha enriquecido en esas actividades. Ojalá siga en esa ruta. No hay nada más tóxico para ella que se rodee de ese tipo de políticos (y es que varios ya la están viendo como trampolín, oportunistas que son). Es más, sin deberla ni tenerla, la asocian con la ex mafia en el poder. AMLO sabe que ella no tiene ninguna dependencia de Claudio X González, Salinas o cualquier otro villano favorito del gobierno, pero quiere imponer esa narrativa.

3. El mayor obstáculo de Xóchitl Gálvez se ha convertido en su mejor característica. Durante años los partidos la obstaculizaron (algunos dirigentes lo siguen haciendo) y por ello su razón de ser son los ciudadanos. Ahí está su principal activo.

4. Ella rompe el molde de las definiciones políticas porque refleja más a los ciudadanos que a los partidos (nada más hay que comparar su forma de hablar con la de Santiago Creel). Y el fenómeno ha crecido precisamente porque el gobierno y su aparato de comunicación están muy aceitados para atacar a los políticos tradicionales, no a ella.

5. Es mujer, de extracción humilde y emprendedora, culta y honrada. Lo sabe Claudia Sheinbaum, por eso la invitó a trabajar con ella en este gobierno. Xóchitl, además, no refleja la visión conservadora de la vida ni en el ámbito tecnológico ni en el social ni en el político.

6. Xóchitl no tiene una sorjuanita que le alcance para todo, ni un Nissan para engañar y luego usar una camioneta de lujo. No tiene hijos con casa gris ni alienta el nepotismo. No tiene un hombre que le levante la mano ni habla como tabasqueña ni rompe la mesa de un madrazo como lo hizo Claudia Sheinbaum cuando fue delegada en Tlalpan.

7. Xóchitl quiere competir. Competir. Repito, competir. Y aunque se enojen Gabriel Quadri, Miguel Ángel Mancera o Beatriz Paredes y los defensores del proceso de selección, yo creo que eso no es competencia sino una simulación, como ahora pasa con Manuel Velasco dentro de las corcholatas. Al final del proceso lo veremos. Llegarán dos.

8. Seguirán los ataques del gobierno contra ella y serán peores. Se meterán con su imagen, su vida privada y familiar. La van a insultar y difamar. ¿Los partidos la van a defender? ¿La están defendiendo ahora? No, serán los ciudadanos y las estrategias de comunicación de Xóchitl. Nadie más.

9. Es impostergable que Xóchitl recorra al país. Las redes sociales reflejan la realidad, pero son parte de la misma. En esa base social y organización de simpatizantes se encuentran sus posibilidades.

10. Por ahora ella concentra la agenda (y muchas envidias y animadversiones) y eso ya es un logro importante. El fenómeno seguirá creciendo.

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