Simulación y opacidad en Tabasco: el secretario de Gobierno convierte su hato ganadero en un misterio fiscal de 20 años
Aunque es dueño de trece ranchos, ocho de los cuales adquirió durante el sexenio de su hermano, José Ramiro López Obrador es un ganadero sui generis que declara como patrimonio un hato ganadero en torno al cual no reporta actividad económica alguna, revela el periodista Audelino Macario.
En una segunda entrega sobre la evolución patrimonial del hoy Secretario de Gobierno en el gabinete de Javier May en Tabasco, el periodista revela lo que pudiera ser la simulación de un activo fijo para evitar declarar flujos de efectivo y opacidad y manipulación patrimonial.
Macario Rodríguez revela en su cuenta de X que aunque su nombre no aparece en los registros oficiales de productores de ganado, como los de tantos políticos que optan por convertirse en ganaderos de la noche a la mañana, “Pepín” López Obrador reporta que en 2004, a tres meses de haber tomado posesión como alcalde de Macuspana y pese a que no tenía más que una propiedad de apenas 360 metros cuadrados, se aventuró a comprar 634 cabezas de ganado.
“Nadie sabe en qué terrenos puso a pastar esos animales, por los que dice que pagó 9.4 millones de pesos, a pesar de que era el primer empleo de su vida y no se le conocía, como no se le conoce ahora, que fuera empresario o tuviera profesión alguna que le generara ingresos de ese tamaño”, añade.
Sin embargo, el hermano del ex presidente Andrés Manuel López Obrador para sorpresa de muchos, ha logrado mantener un hato similar en número durante 20 años, porque en noviembre pasado, al presentar su declaración patrimonial, reporta esa cantidad de vacas como parte de su patrimonio, en el segmento de “bienes muebles”.
Para el periodista, los ganaderos tabasqueños levantan las cejas cuando se enteran de esta conducta extraña “que contradice la naturaleza económica y reproductiva de la ganadería, porque evidentemente simula un activo fijo para evitar declarar flujos de efectivo, además que claramente remite a la opacidad o manipulación patrimonial”.
En la investigación se encontró otra inconsistencia: el secretario de Gobierno de Tabasco, en su declaración patrimonial de mayo de este año, dice que ya no son 634 sino 694 cabezas las que compró en 2004, y que no pagó 9.4 sino 10 millones 410 mil pesos.
“Diferencias aparte, el hecho de mantener un número similar de cabezas de ganado, como si fueran mascotas, sin declarar actividad económica en torno a ellas, convierte a Pepín en un nuevo rico extravagante, quizá el único productor que ademas de ranchos, colecciona vacas”, apunta Audelino Macario.
En comentario a su casa Etcétera, expuso a modo de síntesis: “tratar un hato bovino en un documento tan importante como la declaración patrimonial, como si fuera una bodega, un bien que permanece inmóvil durante 21 años, no resiste el contraste con la biología del ganado ni con la contabilidad más elemental. La explicación —y la documentación en torno a la actividad que no se está reportando hacendariamente— le corresponden al funcionario”.