Contradicciones en cifras oficiales: conteo independiente revela 79 periodistas asesinados durante el sexenio de AMLO; gobierno de la 4T reconoce 20
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El subsecretario de Seguridad, Luis Rodríguez Bucio, dijo que de 2022 a la fecha se han asesinado a 20 periodistas, pero esta cifra está alterada, pues en realidad en este periodo de 3 años van 30 asesinados, y el total del sexenio es de 79.
Durante la conferencia mañanera de este 9 de julio, Bucio dio un breve informe sobre el asesinato del periodista chiapaneco Víctor Culebro Morales, registrado en Chiapas el pasado 28 de junio, el segundo caso de 2024.
Bucio agregó que de 2022 a la fecha la dependencia en que trabaja tiene registrados 20 asesinatos de periodistas, de los cuales 13 ocurrieron en 2022, cinco el año pasado y dos este 2024.
Pero el general Bucio miente, puesto que un puntual registro levantado por etcétera a lo largo de todo el sexenio señala que en esta administración han sido privados de la vida 79 periodistas y comunicadores y que en 2022 hubo 18 asesinatos, nueve en 2023 y tres en 2024.
En al menos dos ocasiones, el conteo de etcétera coincidió con las cifras que en su momento divulgó la Secretaría de Gobernación, en el tiempo en que Alejandro Encinas era subsecretario. Etcétera ha recogido los nombres de las y los periodistas asesinados este sexenio, ordenados por año y mes.
Así, registramos dos casos en 2018, 19 en 2019; 16 en 2020; 12 en 2021; 18 en 2022; 9 en 2023 y 3 en 2024.
El conteo de etcétera toma en cuenta a toda clase de comunicadores asesinados, sin importar que su giro de trabajo no fuese la política o la nota roja. Asimismo, incluye a comunicadores asesinados en circunstancias fuera de su trabajo, al estar con la familia, paseando o circulando en su vehículo.
En este sentido, en dos ocasiones, una en 2021 y otra en 2022, la Secretaría de Gobernación coincidió con exactitud con el conteo realizado por etcétera, que desde siempre ha sido más exhaustivo que el que se realiza desde la Secretaría de Seguridad.
El 5 de octubre de 2021, la Segob informó que a esa fecha habían sido asesinados 47 periodistas. La cifra fue dada a conocer por Enrique Irazoque, responsable de la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos de la Segob, que estaba acompañado de Alejandro Encinas.
El 28 de enero de 2022, el subsecretario de Derechos Humanos, Encinas, dijo que para esa fecha se habían asesinado ya 52 periodistas, lo que se correspondía con el recuento abarcador que realiza esta casa editorial. Encinas hizo esta declaración a cinco días del asesinato de la reportera Lourdes Maldonado, que había acudido a la mañanera a decir que temía por su vida.
Al final de 2022 la cuenta de periodistas asesinados llegó a 61. En el presente, la cuenta llegó a 79. La cifra recogida por la Segob nunca fue reconocida por el presidente López Obrador, quien delegó en la Secretaría de Seguridad la labor de dar el conteo oficial.
Cabe recalcar que agrupaciones internacionales de defensa de periodistas registran también muy pocos casos de periodistas asesinados en México, ya que aplican criterios que no se corresponden con la realidad de violencia por el crimen organizado que se vive en el país.
Hay agrupaciones que contabilizan la muerte solamente si ocurrió en el ejercicio de la labor periodística. Otras que sólo la cuentan si hay evidencia clara de que un trabajo periodístico llevó a represalias.
Pero en el actual clima de violencia por grupos delictivos, hay factores que afectan a los periodistas que los criterios usuales no toman en cuenta, como el hecho de que el periodista pudo haber incurrido en el desagrado de un líder delictivo por tomar mal una fotografía o que haya omitido elogiar a un cantante al que el capo apoya. Casos así existen (se han asesinado también a cantantes por “ofender” a un líder) pero de acuerdo con los criterios habituales, eso no califica como un asesinato por la labor periodística.
Ahora, a pesar de que las cifras oficiales, tanto del gobierno como de agrupaciones internacionales, son sólo una fracción de las totales, México está catalogado como el país “en paz” más peligroso del mundo para ejercer el oficio.
