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Loret de Mola reta al presidente a una entrevista “uno a uno” para discutir las acusaciones de corrupción; el presidente sabe del tráfico de influencias de sus hijos, asegura el periodista

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Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador descalificó una nota de Latinus y hasta invitó a su conferencia de prensa a Carlos Loret, el periodista respondió que los hijos del mandatario incurren en tráfico de influencias y que con gusto acepta una entrevista “uno a uno”.

En su conferencia de prensa de este miércoles el tabasqueño fue dura e insistentemente cuestionado por la periodista Reyna Ramírez acerca de su método para validar y descalificar trabajos periodísticos, ante lo cual López Obrador tuvo que recurrir a pedir ayuda a una de las comunicadoras del oficialismo.

Sin embargo, Ramírez insistió en cómo el presidente otorga credibilidad a un reportaje del oficialismo y descalifica el que Carlos Loret de Mola presentó sobre los contratos que Romedic, empresa de un amigo de Andrés Manuel López Beltrán, su hijo, obtuvo en horas y por unos cuantos días un contrato por 229 millones de pesos del Gobierno de Quintana Roo, pese a ser una compañía boletinada por la Cofepris por sus irregularidades.

La reportera le pidió al presidente proyectara en su conferencia de prensa el reportaje presentado en Loret en Latinus (titulado “El clan” y firmado por Mario Gutiérrez Vega) para que explicara por qué es falso. Hasta la tercera insistencia contestó el tabasqueño: “Sencillamente que no hay ninguna prueba. Te estoy contestando con lo que tiene que ver con mi hijo”.

A ello respondió por la noche Loret de Mola en su noticiario: “Se entiende que un papá quiera defender a sus hijos al grado del absurdo aunque haya evidencia acumulada, pues un papá defiende a su hijo; pero no es sólo un papá: es el presidente de México, y estamos hablando de dinero del pueblo”.

En su conferencia López Obrador repitió por enésima ocasión que “no tenemos nada que ocultar” y continuó: “Es que yo no establezco relaciones de complicidad con nadie. Y no hay ninguna prueba que mi hijo haya participado pidiéndole a la gobernadora de Quintana Roo que le dieran un contrato a un empresario; es un invento porque están en contra mía, el señor Loret de Mola, porque yo sostengo que el señor Loret de Mola es un corrupto y tengo las pruebas. Tan sencillo de que hay cosas que en la vida no se pueden ocultar, algunas cosas”.

López Obrador insistió en esa acusación, de la que en años no ha mostrado ninguna evidencia pese a contar con instrumentos como la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda.

A lo anterior Loret de Mola respondió: “El presidente sabe de sobra que sus hijos se están aprovechando de sus posiciones para hacer negocios. El presidente conoce a los amigos de sus hijos, sabe los contratos que reciben, sabe cómo se están volviendo ricos; el presidente ve el estilo de vida de sus hijos: las mansiones, las casonas, las camionetas, las vacaciones de lujo, la ropa de marca, los boletos de avión en primera clase… El presidente lo ve y lo sabe”.

Agregó: “¿Cómo se volvieron millonarios sus hijos de la noche a la mañana sin trabajar? Es tráfico de influencias, un tráfico de influencias muy bien diseñado: se crean empresas, se simula competencia y los íntimos amigos de su hijo Andy se llevan los contratos multimillonarios del gobierno, se quedaron con el negocio del aeropuerto cancelado en Texcoco; un megaedificio de la Sedatu, un estadio de beisbol, un malecón de Tabasco y, ahora, los contratos para surtir medicamentos al Gobierno de Quintana Roo, contratos que se resuelven en horas, contratos por unos cuantos días que le significan cientos de millones, contratos de medicinas a empresas que venden azulejos”.

Acerca de las pruebas al respecto, cuya existencia niega el presidente, el periodista expresó: “Ahí están las grabaciones, ahí están los documentos, ahí están las pruebas, pero el presidente no las quiere ver. Es un modus operandi: ¿qué dice siempre el presidente? Que no sabía, que no estaba enterado, que quién sabe”.

Sobre esa forma de proceder de López Obrador, Loret agregó desgranando casos de personajes vinculados con él: “Es lo que siempre hace no desde hace años: desde hace décadas. Su secretario particular, Bejarano, con ligas de cash, no sabía López Obrador; su cercano Ímaz (esposo de Claudia Sheinbaum en ese momento) con cash, recibiéndolo de un empresario, ¿qué dijo López Obrador? Que no sabía. Su secretario de Finanzas apostando en Las Vegas con el dinero del pueblo: López Obrador no sabía; su hermano Pío con sobres de dinero en efectivo: López Obrador no sabía; su hermano Martín con sobres de dinero en efectivo clandestinamente: López Obrador no sabía; su secretario Esquer, en evasión y lavado de dinero, en video: López Obrador no sabía; su hijo José Ramón con una mansión de un contratista de Pemex: no sabía; su hijo Andy gestionando contratos millonarios para sus amigos: no sabía. El presidente dice que nunca sabe nada”.

Por la mañana el presidente, que se ha negado a dar en Palacio Nacional derecho de réplica a sus calumnias y tergiversaciones a personajes como Diego Fernández de Cevallos y Xóchitl Gálvez, volvió a decir que ha estado emplazando a Loret de Mola a que diga “cuánto gana, cuáles son sus bienes, cómo los obtuvo” (aunque se supone que el propio mandatario ya había presentado públicamente, de manera ilícita, parte de esa información).

Posteriormente la reportera Ramírez le solicitó a López Obrador que permitiera que los reporteros que hicieron el reportaje sobre el empresario amigo de su hijo lo explicaran, a lo que el tabasqueño respondió: “Sí, que vengan, que vengan”, y más adelante añadió: “Que venga, que Loret… lo invitamos”.

Horas después, en contestación a ello, Loret de Mola le respondió afirmativamente, pero para un trabajo periodístico serio: “Con mucho gusto voy a Palacio Nacional a entrevistarlo, a entrevistarlo como se hacen las entrevistas entre un periodista y un presidente: uno a uno. Si no quiere venir aquí al estudio no hay problema: yo voy a Palacio Nacional, pero a una entrevista”.

Y Loret de Mola reviró la invitación al tabasqueño: “Anímese, presidente, que no le dé miedo: sólo le voy a hacer preguntas en una entrevista”.

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