Por José Antonio Ruvalcaba | Especial
Miami, 15 de agosto de 2020
Medios de prensa del exilio cubano en Estados Unidos observan con preocupación que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, están detrás de la creación de los llamados Comités de Defensa de la Cuarta Transformación (CD-4T), un modelo político para organizar a las fuerzas fieles del populismo latinoamericano, y para confrontar a las fuerzas democráticas y liberales.
De cara al proceso electoral que se celebrará en México en el 2021, el cual marcará el apoyo que ha podido retener AMLO hasta la mitad de su mandato, el portal primerinforme.com destaca que el partido Morena ha dado instrucciones para acelerar la creación de al menos 3,000 Comités de Defensa, 10 por cada distrito electoral.
El coordinador nacional de los CD-4T es José Antonio Rueda Márquez, un antiguo militante del Partido Comunista de Méxiuco. La estructura forma parte del Instituto de Formación (Ideológica) de Morena, que preside el radical mexicano Rafaelñ Barajas, conocido con el alias de El Fisgón, un caricaturista anticapitalista mexicano. En los eventos, participan personajes cuestionables como el español pro ETA, Katu Arkonada, que ya ha asesorado a las tiranías socialistas de Venezuela, Bolivia y Nicaragua, así como Abraham Mendieta, representante del partido Podemos de España, en el país, donde realiza labores de asesoría a políticos gobernantes.
Según Primer Informe, AMLO sigue los pasos de sus predecesores de La Habana y Caracas, por lo cual ahora quiere instaurar en México lo que “sido una pieza clave para el control social que ejerce la dictadura castrista sobre los ciudadanos”.
Para la publicación, el modelo cubano que se calca en México “son una red de espionaje y represión a la disidencia. Realizan labores de inteligencia sobre los vecinos que se consideren sospechosos. También ejecutan labores de agresión contra cualquiera que se considere enemigo del gobierno de la Isla”, reza la nota.
Estos son los grupos de choque llamados "Comités de Defensa de la Cuarta Transformación macion " que están manejando Katu Arkonada y Abraham Mendieta para adoctrinar a la gente pic.twitter.com/ICEPI83jof
— Μ€ЖЖЖ (@Mexxxikn0) August 9, 2020
En Cuba, los Comités de Defensa no han sido otra cosa que un arma efectiva “para desmantelar cualquier acción política en contra de la tiranía cubana. En un principio, los CDR cumplían también funciones sociales, pero con el tiempo solo han servido a su propósito original que no es otro que la vigilancia policial sobre los cubanos”, denuncia el medio de prensa.
De acuerdo a la estrategia mexicana, “los Comités de Defensa de la 4T se constituyen para que, eventualmente, puedan asumir el control del proceso electoral a nivel distrital o, incluso, implicarse en la defensa del voto”.
“Estos nuevos comités, al igual que en Cuba y Venezuela, estarán en directa vinculación y subordinación estructural con el partido gobernante”, dice el medio de prensa, y reportarán directamente al presidente de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar. “La dirigencia del partido está consciente de la necesidad de cerrar filas de cara a un proceso que cada vez se anuncia más competido”.
Los Comités de Defensa que quiere instaurar AMLO también tienen semejanza con las llamadas Unidades de Batalla Hugo Chávez (UBCh), en Venezuela, las cuales se constituyeron a razón de una por cada centro de votación de la nación sudamericana, al igual que los CD-4T.
“Una vez cumplida su función ‘electoral’, las UBCh han asumido tareas políticas y militares en defensa del régimen de Nicolás Maduro. Son la primera línea de represión del chavismo e incluso usan el acceso a los alimentos como un arma para discriminar a los adversarios”, advierte la publicación.
Para el periodista Raymundo Rivapalacio, lo que buscan con esos comités, según uno de los documentos fundacionales de esta nueva estructura política y social, es enfrentar a los adversarios y críticos del gobierno de López Obrador.
Los comités tienen por objetivo combatir “las derechas políticas” del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, a “parte de la oligarquía” que integra un “buen segmento” del empresariado, a las “mafias incrustadas en los aparatos del Estado y cacicazgos regionales”, y a “grupos de comunicadores, intelectuales y académicos liberares, (que) han hecho todo lo posible por desacreditar la política e imagen del gobierno para desbarrancarlo por medio de la campaña sucia y la conspiración”.
El documento que da origen a esta organización, afirma el periodista en un artículo de opinión fechado el 25 de mayo pasado, refleja el pensamiento de López Obrador, y retoma sus tesis de conspiración e intentos golpistas.
“Su análisis en el tema del golpismo es muy primitivo y está inspirado en el golpe de Estado a Salvador Allende, hace 37 años en Chile. Allende pudo ser derrocado porque no tenía el consenso nacional, que permitió que el Ejército, con el sector privado detrás, apoyados por la International Telephone and Telegraph, y el gobierno de Estados Unidos –que financió una campaña de propaganda negra subliminal a través del periódico El Mercurio–, conspiraran en su contra”, plantea el analista.
López Obrador tiene el respaldo popular, ha comprado al Ejército con millones de pesos en presupuesto y obras, no hay medios que hagan lo que El Mercurio, en Chile, y aunque hay excesos editoriales, no están mintiendo. Propaganda y crítica no es lo mismo, pero el Presidente, que no sabe de medios y sí de propaganda, se confunde. No lo ataca el gobierno de Estados Unidos; al contrario, le da siempre gusto al presidente Donald Trump. Enfrenta al capital privado nacional y extranjero, pero para que optaran por un golpe, como el caso de los militares, necesitarían a Estados Unidos de su lado.