Admite el Ejército que no puede con la inseguridad y dice que la paz en Sinaloa depende de que narcotraficantes dejen de matarse entre sí; “mientras más pronto mejor”
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Por primera vez en el sexenio, un alto mando militar acepta que no pueden con la inseguridad. Jesús Leana Ojeda, comandante de la Tercera Región Militar, dijo que el restablecimiento del orden no sólo es cuestión de las Fuerzas Armadas, sino de que los grupos que pelean por plazas, como en el caso de Sinaloa, dejen de matarse.
“Esperemos que sea lo más rápido posible, pero no depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de hacer su confrontación entre ellos, y que estén dejando a la población en paz, para que vivan con tranquilidad”, dijo el jefe militar.
Cuando reporteros le insistieron si la seguridad de ese estado depende entonces de estos grupos delincuenciales, el comandante Leana Ojeda recalcó:
“Depende de ellos, son los que hacen las agresiones y los que están cobrando vidas; nosotros no, al contrario, estamos acá para evitar que tengan confrontaciones y haya pérdidas de vidas humanas”.
Un reporte del diario Reforma señala que la escalada de violencia por la confrontación entre dos fracciones del Cártel de Sinaloa provocó el desabasto de alimentos en pueblos y rancherías de al menos seis municipios de Sinaloa, lo que abarca el sector rural de Culiacán, la capital estatal, y los municipios de Elota, Eldorado, Cosalá, San Ignacio y Concordia.
El Gobierno de Sinaloa ya admitió que hay desabasto de alimentos, por lo cual inició una jornada de entrega de despensas para las familias afectadas por la violencia.
Sinaloa vive una jornada violenta debido al enfrentamiento entre los grupos predominantes en el Cartel de Sinaloa por la detención de sus dos lideres máximos, Joaquín Guzmán, El Chapo, y El Mayo Zambada, éste último traicionado y llevado a EEUU por su ahijado Joaquín Guzmán López.
Los miembros de “Los Chapitos” y los que trabajan bajo las órdenes del hijo del Mayo, conocido como “El Mayito Flaco”, han escalado la violencia en Sinaloa a partir del 9 de septiembre. Desde ese día se han reportado hasta 40 asesinatos, 37 desapariciones forzadas, 29 enfrentamientos y 27 personas detenidas.
Esa violencia ha generado el cierre de negocios y comercios, así como la disminución de horas hábiles para la atención al público en supermercados y mercados. El Colegio de Economistas de Sinaloa, las pérdidas diarias por un día sin labores normales ronda los 567 millones de pesos, únicamente en Culiacán.
