Policías asesinan, autoridades callan: el caso del estudiante Rodrigo Isidro exhibe la impunidad como regla en Tabasco
Familiares y amigos de Rodrigo Isidro, el joven universitario asesinado por policías hace una semana, montaron este viernes un plantón frente a la Fiscalía General del Estado de Tabasco para exigir lo que las autoridades siguen negando: justicia sin simulación. Con pancartas y un reclamo unánime contra la impunidad, los manifestantes denunciaron que, pese a la evidencia pública y los testimonios, la fiscalía no ha detenido a los agentes que participaron en la persecución y ejecución del estudiante.
El silencio institucional empieza a oler a encubrimiento. La FGE —que en comunicados presume “compromiso con la legalidad”— ha evitado responder si ya identificó a los responsables, si existe una línea de investigación sólida o si piensa seguir prolongando la espera de una familia que ya fue golpeada por la tragedia. Mientras tanto, los policías involucrados siguen libres, amparados por un aparato de seguridad que parece más preocupado por blindarse a sí mismo que por esclarecer un crimen cometido por sus propios elementos.
La protesta frente a la fiscalía no solo fue un acto de dolor, sino un señalamiento directo al fracaso del Estado para garantizar justicia. “No vamos a permitir que lo maten dos veces: primero los policías y luego la impunidad”, reclamaron familiares entre consignas que contrastaron con la frialdad de los funcionarios, quienes ni siquiera salieron a dialogar con los inconformes.
El caso Rodrigo Isidro se suma a una larga lista de expedientes congelados cuando los responsables portan uniforme. Y cada hora sin detenciones confirma lo que las autoridades se empeñan en negar: que en Tabasco, la impunidad no es una excepción… es el protocolo.
