Tabasco, el “paraíso” de la 4T en ruinas: desempleo, miedo e impunidad desnudan el fracaso del lopezobradorismo
Villahermosa, Tab.— El sueño del “nuevo sureste mexicano” se derrumba entre locales vacíos, desempleo y miedo. El reportaje publicado por El Universal desnuda la realidad que el gobierno de Tabasco intenta maquillar: la capital, Villahermosa, luce abandonada, empobrecida y sin rumbo, mientras los discursos oficiales insisten en un desarrollo que nadie ve.
En la Zona Luz, símbolo del “rescate urbano” promovido por el gobierno estatal, los pocos comercios abiertos sobreviven rodeados de locales vacíos. “¿No necesita un repartidor?”, preguntan jóvenes con mochilas al hombro, buscando trabajo donde ya no hay. El barrio mágico inaugurado en 2023 —que costó casi 3 mil millones de pesos— presume hoy más tiendas de productos asiáticos que de artesanías tabasqueñas.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) revela la verdad: el desempleo en Tabasco alcanzó 4.94% en el segundo trimestre de 2025, un aumento sostenido que desmiente la narrativa triunfalista de crecimiento económico. Mientras tanto, las obras faraónicas del exmandatario Andrés Manuel López Obrador se oxidan entre el calor y el abandono.
El contraste es brutal. En la colonia Tabasco 2000, los casinos y fraccionamientos exclusivos del poder político —como El Campestre— reflejan el otro rostro del estado: el de las élites que viven tras rejas, custodiadas, mientras la mayoría sobrevive entre la inseguridad y la precariedad. En una de esas residencias, propiedad del exsecretario de Seguridad Hernán Bermúdez Requena, la Fiscalía colocó un letrero de “asegurado” tras una balacera. Una metáfora perfecta de lo que es hoy Tabasco: una tierra asegurada por la impunidad.

Los datos de la Envipe 2025 son demoledores: nueve de cada diez tabasqueños se sienten inseguros, el 70% considera la violencia el principal problema, y el 31% de los hogares ha sido víctima del delito. Centro, el municipio donde gobierna Yolanda Osuna Huerta, ni siquiera tiene policía municipal: la seguridad depende de una fuerza estatal debilitada, mal pagada y con miedo.
“Pudimos ser Dubái, pero somos como Venezuela”, resume con ironía un empresario entrevistado por El Universal. La frase captura el desencanto de un estado que alguna vez fue motor energético del país y hoy es laboratorio del fracaso del modelo obradorista: corrupción, desempleo, improvisación y miedo.
Mientras el oficialismo insiste en que Tabasco “está estable”, la realidad grita otra cosa: el corazón del lopezobradorismo late entre ruinas, desempleo y balas.
Lea el reportaje completo en El Universal.