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TRANSPARENCIA POLÍTICA

Defensa de la palabra

Erwin Macario | @erwinmacario

Tres libros, un video en redes y una defensa de un colega involucrado en la lucha por la plaza Tabasco de la delincuencia organizada, me ayudan a insistir en defender la palabra, el derecho a expresarla.

Del libro “Difamados y perseguidos de la 4T”, una defensa colectiva de periodistas y luchadores sociales en nuestro país, sólo diré, esta vez, que en su reciente presentación en Tabasco concitó el respaldo de partidos políticos, algunos comerciantes… y una vergonzante poca asistencia de periodistas.

Ausencias de las presuntas organizaciones periodísticas que abundan en la entidad. Ni Jacinto López —personaje de esta entrega—, ni la mayoría de sus defensores acudieron.

Del libro “No me pudiste matar”, de Ciro Gómez Leyva, que debió titularse “No me quisiste matar”, únicamente dejo palabras del autor que obligan al análisis:

“No sobreviví por un milagro. Me salvaron el blindaje del auto, la impericia de unos sicarios medianos y las vacilaciones de un presidente intranquilo que no supo o no pudo bajar el pulgar; me salvaron el azar, las circunstancias, la flacidez de los ejecutores y la voluntad que me hizo repetir que la vida sigue y puede ser mejor”.

No puede ocultarse —ni con el silencio cómplice ni por el miedo sembrado— que en México se acosa física, con amenazas y judicialmente a periodistas y defensores sociales.

Un video —que más parece un perverso montaje para avivar la purga interna entre los malos, pues se citan nombres de presuntos delincuentes y se intenta involucrar a las actuales autoridades—, ha provocado alerta pues se acusa al periodista Jacinto López de estar al servicio de un tal “Señor 88”, presunto jefe mafioso del que se supo en la navidad pasada cuando a su nombre se repartieron regalos en Macuspana.

Tres presuntos sicarios —sin armas, nerviosos, sin la sangre fría de esta clase de emisarios y con lenguaje policíaco (tres masculinos, dice el vocero de ellos)—, acusan-amenazan a Jacinto, que en respuesta en redes enlista las recientes agresiones, con algunas muertes, contra el gremio de prensa.

Con el libro “Nosotros decimos no”, de Eduardo Galeano digo hoy, en defensa de la palabra: “Uno escribe a partir de una necesidad de comunicación y de comunión con los demás para denunciar lo que duele y compartir lo que da alegría”.

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