EE.UU. atribuye extradición de 29 narcos a su “posición de fuerza” y sin reconocer a México
El Departamento de Justicia de Estados Unidos aseguró que la entrega de 29 narcotraficantes por parte de las autoridades mexicanas se debe a que la Casa Blanca ha negociado con ellas “desde una posición de fuerza” y gracias a declarar a cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas”.
Después de que este jueves la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y la Fiscalía General de la República informaron del traslado de 29 importantes narcotraficantes (el más destacado de ellos es Rafael Caro Quintero) a Estados Unidos para entregarlos a las autoridades para que respondan a las acusaciones que allá se les formulan, en un comunicado el Departamento de Justicia explicó lo ocurrido por la fuerza demostrada por la administración de Donald Trump. En ninguna parte hay ningún reconocimiento ni agradecimiento al Gobierno de México, ni tampoco se menciona ningún tipo de colaboración.
En el documento del Departamento de Justicia se destaca una declaración de Emil Bove, fiscal general adjunto interino: “Las acciones de hoy son consecuencia de una Casa Blanca que negocia desde una posición de fuerza y de un fiscal general que está dispuesto a liderar el Departamento con valentía y ferocidad”.
Además, enfatiza que la entrega de narcotraficantes se deben a que había solicitudes de extradición “de larga data” pero que no habían sido atendidas, pero que ahora “el gobierno mexicano decidió transferir al actual gobierno estadounidense en respuesta a los esfuerzos del Departamento de Justicia de conformidad con la directiva del presidente Trump en la Orden Ejecutiva 14157”, por la que se declaró como “organizaciones terroristas” a los cárteles mexicanos y que se buscaba su “eliminación total”.
Pamela Bondi, la fiscal general, enfatizó en ese aspecto y añadió que el Departamento de Justicia “se dedica a destruir cárteles y pandillas trasnacionales”, por lo que los criminales serán procesados “con todo el peso de la ley en honor a los valientes agentes del orden que han dedicado sus carreras (y en algunos casos, sus vidas) a proteger a personas inocentes del flagelo de los cárteles violentos. No descansaremos hasta lograr justicia para el pueblo estadounidense”.
También se menciona que los cárteles mexicanos designados como terroristas son los de Sinaloa, del Noreste, Jalisco Nueva Generación, del Golfo y la Nueva Familia Michoacana, a los que acusa de introducir en Estados Unidos “cantidades masivas de veneno, incluidas cocaína, metanfetamina, fentanilo y heroína, así como actos de violencia asociados”.
Al respecto, cabe mencionar la oposición del Gobierno de México y de los políticos oficialistas a declarar a los cárteles como “grupos terroristas”.
En el texto fue muy destacado el caso de Caro Quintero, al que calificó como “un capo del cartel que desató violencia, destrucción y muerte en Estados Unidos y México”, quien “ha pasado cuatro décadas en la cima de la lista de fugitivos más buscados de la DEA, y hoy podemos decir con orgullo que ha llegado a Estados Unidos, donde se hará justicia”.
El caso de Caro Quintero es incluso tildado como “extremadamente personal” para el personal de la DEA porque se le considera el responsable del asesinato de su agente Enrique Camarena. Con el próximo proceso al que se le someterá, dice el Departamento de Justicia, se “envía un mensaje a cada líder de cartel, cada traficante, cada criminal que envenena nuestras comunidades: tendrán que rendir cuentas. No importa cuánto tiempo tarde, no importa qué tan lejos corras, la justicia te encontrará”.
Finalmente, la fiscal Bondi repartió numerosos agradecimientos a diversas instituciones federales y estatales de Estados Unidos, pero en ninguna parte se menciona a las autoridades mexicanas, que este jueves tuvieron una reunión con el Departamento de Estado sobre seguridad.