Política

Fernández Noroña dictadorcito: Contradiciendo su discurso de “hijo del pueblo” prohibió la entrada al Senado a cualquier persona que no labore en el recinto

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A pesar de que él mismo se ufanó que él, como un “plebeyo” ocupa un escaño en la Cámara Alta, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña prohibió la entrada a cualquier persona que no labore en el recinto.

En un comunicado con su firma, Noroña dice que es su responsabilidad velar por la “inviolabilidad” del recinto con todos los recursos a su alcance. Ello, luego de haber denunciado que un individuo lo agredió “al menos tres veces” en una sala de espera VIP y a nombre del Senado, tomó acciones legales en su contra.

El comunicado tiene fecha de 23 de septiembre, tiene solo dos párrafos y dice:

“Con fundamento en el artículo 61 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 310 del Reglamento del Senado de la República, referente a que el Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, velará por la inviolabilidad del recinto en uso de todos los recursos jurídicos legales a su alcance. 

“Por lo anterior, se informa que, con la finalidad de garantizar el desarrollo libre y seguro de las sesiones ordinarias en este recinto legislativo, se suspende el acceso a ciudadanos y ciudadanas que no laboran en esta Cámara de Senadores o fungen como enlaces legislativos”.

Eso significa que no podrán entrar estudiantes, diplomáticos, expositores y mucho más. Sobre la entrada de la prensa no se dijo nada en algún sentido.

El Senado se ha caracterizado por años por ser un espacio que permite visitas, exposiciones, muestras culturales y encuentros de diversas clases. 

En 2022, el entonces senador Ricardo Monreal, ahora diputado federal, dijo que el Senado era “la casa del pueblo”. 

Cuando Noroña tomó posesión dijo que por fin un “hijo del pueblo”, es decir él mismo, se había abierto camino al Senado gracias a la 4T. 

Antes, como diputado, Noroña habló de implementar una reforma legal para castigar a todo “civil” que se atreviera a insultar a un diputado federal. 

Esta mañana, hacia las diez, la periodista legislativa Leticia Robles de la Rosa documentó que el Senado está completamente rodeado de vallas metálicas. “El Senado hoy es un búnker”, escribió. 

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