Política

México se aleja de Estados Unidos y Canadá; después de la reforma judicial, será considerada una economía centroamericana más: The Economist

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En un editorial sobre la situación de México, la revista The Economist considera que los cambios propuestos por el presidente Andrés Manuel López Obrador en materia de reforma judicial lo alejan de la unidad norteamericana y lo acercan más a los países de Centroamérica, y pide a su sucesora Claudia Sheinbaum “repensar el alejamiento de su partido de los valores e instituciones” que dan forma a la unión de México con Estados Unidos y Canadá.

El medio señala que lo que propone AMLO a unas cuantas semanas de dejar el cargo, es “una de las reestructuraciones más radicales del sistema legal del mundo”, y que ese proceso “está alarmando tanto a inversionistas como a ciudadanos”.

“En su último mes en el cargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador está utilizando la supermayoría de su coalición en el Congreso para imponer cambios constitucionales para cambiar a toda la Corte Suprema y a varios miles de jueces estatales, federales y de apelaciones con reemplazos elegidos por voto popular”, detalla.

Precisa que aunque algunos países, incluido Estados Unidos, eligen algunos jueces locales o estatales, pocos invitan a los votantes a elegir jueces de la corte federal o suprema. Para The Economist, “la selección de altos funcionarios jurídicos requiere una evaluación cuidadosa e independiente de su experiencia y calificaciones, no de su atractivo para los votantes o el respaldo de un partido político”, pues en un país como México “con una historia de corrupción y violencia relacionada con el narcotráfico, un plan así es especialmente arriesgado.

Se destaca en el texto que Estados Unidos, el mayor inversionista extranjero y socio comercial de México, está dando la alarma; La Cámara de Comercio de Estados Unidos dice que los cambios corren el riesgo de socavar el Estado de derecho. Los jueces y empleados del sistema judicial se han declarado en huelga en protesta y el peso ha caído alrededor de 15 por ciento desde las elecciones de junio en México.

López Obrador ha desestimado las preocupaciones como el cabildeo de una élite corrupta y egoísta, pero las preocupaciones sobre el rumbo de México son mucho más profundas.

“Desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte a principios de la década de 1990, México ha avanzado constantemente hacia una integración más estrecha con Estados Unidos y Canadá. Eso no ha sido sólo económico: México también creó una comisión electoral independiente para generar confianza en un sistema de votación empañado por el fraude, una comisión de derechos humanos para controlar los abusos de las fuerzas de seguridad y reguladores independientes que cubren áreas como las telecomunicaciones y la competencia”, destaca el editorial.

Esas entidades ayudaron a dar a los inversionistas confianza en que México estaba convergiendo con sus vecinos norteamericanos y alejándose de un pasado autoritario en el que un solo partido político gobernó durante la mayor parte del siglo XX, acota.

López Obrador sin embargo, añade, ve la historia de otra manera y considera que la apertura de México al comercio y la inversión en la década de 1990 fue el comienzo de un período de “pesadilla” de neoliberalismo y su política económica “servil y saqueadora”.

NACIONALISMO, IGUAL A POBREZA

Su reemplazo es la “Cuarta Transformación”, una agenda nacionalista para una economía dominada por el Estado destinada a mejorar la suerte de las masas bajo la tutela de su cada vez más poderoso partido Morena.

La promesa de que esto conduciría a una mayor prosperidad hasta ahora ha resultado falsa: el crecimiento bajo la presidencia de López Obrador será el más bajo de México en este siglo y el país está perdiendo una gran oportunidad ante el cierre de empresas en China.

El mes que viene trae un nuevo presidente, pero no una nueva ideología: Claudia Sheinbaum, la sucesora elegida personalmente por López Obrador, es una partidaria voluntaria de su revolución legal, su afición por entregar más poder a los militares y sus planes de castrar a las jóvenes instituciones de México. Algunos inversores ven a Sheinbaum como una tecnócrata modernizadora, aunque esto está en desacuerdo con su pasado como ideóloga y funcionaria leal del partido.

THE ECONOMIST advierte: La presidenta electa todavía tiene tiempo para repensar el alejamiento de su partido de los valores e instituciones norteamericanos. Debería hacerlo antes de que los inversores comiencen a valorar a México como economía centroamericana.

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