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ASÍ SE PERDIÓ EL PARAÍSO

Manuel Andrade Díaz | @manuelandrade65

Ante la complicidad de los paraiseños, durante este gobierno se ocasionó un daño mortal al municipio que emblemáticamente llevaba el nombre de Paraíso.

Se dijo hasta el cansancio que la llegada de una inversión como la refinería de Dos Bocas no solamente se haría en el lugar menos indicado para ello, porque las condiciones del suelo el entorno ambiental, el ecosistema del lugar, no eran aptos ni valían la pena por el daño que ocasionaría de manera permanente y las consecuencias e implicaciones globales que causaría. Hoy se pude completamente catalogar dicha construcción como una salvajada que destruyó el paraíso y cuyas consecuencias económicas, sus repercusiones sanitarias, ecológicas, ambientales, sociales; su impacto en la producción agrícola, pesquera, en los mantos acuíferos, el sistema. Lagunar más importante de la Región del Golfo, los entornos productivos de la región de La Chontalpa y de las costas de Tabasco serán incuantificables y modificarán para siempre lo que hasta hoy conocemos en esa parte de nuestra entidad.

Fue la ambición desmedía de la mayoría de sus habitantes, de la complacencia y complicidad de las autoridades, de la indolencia de sus habitantes, de la pasividad de sus opositores, y del hambre de dinero generado perversamente por los gobiernos de Morena, quienes prometieron villas y castillas, quienes anunciaron millonarias inversiones, millones de empleos, un cambio de vida diametralmente para todos los habitantes del municipio y del Estado, que generaron expectativas, y mucha derrama de recursos, que quedó en manos de unos cuantos, y fue flor de un día para muchos, y generó una herencia, que hoy los paraiseños empiezan a sufrir.

La contaminación que se ha visto en el ambiente, el relleno de millones de hectáreas, la destrucción de manglares y reservas bióticas de la biósfera, la destrucción y alteración del habitan de especies endémicas de la zona, la contaminación ocasionada  por el desfogue y quema de los mecheros de la refinería, el ruido que ocasiona su funcionamiento, la falta de servicios por el agotamiento de los existentes, la falta de planeación y de medición del impacto que la refinería traería para el municipio, la falta de vías de accesos, de suministro de energía eléctrica, de agua potable, de infraestructura sanitaria así como de preservación  y remediación ambiental, se ven reflejados en la contaminación del Río Seco el vertido de líquidos contaminantes a las aguas de las lagunas, la mortandad de peces y producción ostrícola, y ya no digamos las futuras enfermedades y padecimientos de salud que empezarán a surgir en los habitantes de la región.

Además del galopante desempleo, la depresión económica, los vicios y el daño social, a la que se está sometiendo al municipio, la falta de recursos de la población para satisfacer sus necesidades producto de la inflación y carestía que dejó el espejismo de la inversión petrolera, en una historia conocida pero nunca aprendida por el pueblo de Tabasco que se deja deslumbrar, que se deja corromper, que se deja comprar con espejitos y con engaños y promesas fáciles a cambio de un bienestar transitorio que no modifica ni mejora el nivel de vida de los paraiseños ni de los tabasqueños.

Con el tiempo ese sabio e implacable juez, se irá poniendo las cosas en su justa dimensión y en su lugar, y cada uno de nosotros estará del lado justo de esta historia; por una parte los que zalameramente no solamente estuvieron de acuerdo sino fueron cómplices de la destrucción a cambio de prebendas  y dinero fácil y los que siempre expresamos nuestra inconformidad, nuestro desacuerdo y razonamos el por qué no debió construirse la Refinería en Dos Bocas por los peligros las consecuencias y las secuelas desfavorables que dejará para Tabasco.

Para rematar comentaré que el costo de la obra tenían razón los que se negaron a hacerla desde un principio no podía costar la cantidad presupuestada por el gobierno de López Obrador, término costando más del doble, que no era posible tener un modelo de refinería como el que habían previsto y el tiempo le dio la razón a los que lo dijeron no hay manera que la puedan echar andar; porque ni siquiera está produciendo en tiempo y forma y cuando lo haga el costo beneficio será muy caro y la evolución tecnológica dejará en desuso los combustibles fósiles pero eso sí dejará un enorme deuda y un enorme carga social para Tabasco.

¡Pobres Paraiseños! Dejaron perder el paraíso; se conformaron con migajas como decía el propio López Obrador les untaron melaza en la boca, les sonaron la Lata con maíz y terminaron peor que antes. ¡Qué lástima!

Ahora vivirán como Adán y Eva, expulsados por ambiciosos en el Infierno, y lanzados del Paraíso.

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