Política

López Obrador desmiente ofensas a Gálvez, pero el TEPJF confirma violencia política de género en sus declaraciones

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Tras la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que lo señaló por haber incurrido en violencia política de género contra Xóchitl Gálvez, con desfachatez el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que no la ofendió y que no existían pruebas de ello. Sin embargo, allí están para quien quiera verlas.

Este jueves, durante su conferencia de prensa, el tabasqueño se refirió al señalamiento que le hizo el TEPJF por sus constantes ataques verbales a Gálvez, lo que con desvergüenza quiso desviar con una apelación a sus “principios”.

“Lo primero decir que yo no ofendí a la señora Xóchitl; no hay pruebas de eso. No lo hago por principios: no ofendo a nadie, menos a una mujer. No sé de dónde salió eso”, afirmó López Obrador.

Luego evadió el punto con la referencia a un funcionario del Instituto Nacional Electoral (INE) que tergiversó algunas declaraciones suyas, para continuar con su dicho: “Pero nunca he ofendido a la señora, nunca. No sé de dónde salió eso”.

Desde julio del año pasado, cuando se anunció que Gálvez lo había denunciado por violencia político de género, López Obrador ya había dicho lo mismo: “No, eso no: yo no ofendo a las mujeres. Hay una canción de un compositor tabasqueño: ‘Todas las mujeres, corazón’”.

El pasado 13 de junio, ya con medio centenar de llamadas de atención (no se les puede llamar de otra forma) al presidente por parte de las autoridades electorales por sus ilícitas intervenciones en el proceso electoral, la Sala Especializada del TEPJF determinó que cuando menos en ocho de sus conferencias de prensa López Obrador incurrió en violencia política de género.

Ese tribunal concluyó que con sus expresiones López Obrador dio a entender que la hidalguense obtuvo su candidatura presidencial por la decisión de un grupo de personas con poder político, dicho que consideró que configuran violencia simbólica para intentar menoscabar el reconocimiento de sus derechos políticos, basado en su carácter de mujer e indígena, ya que reforzó el estereotipo de inferioridad para acceder a cargos públicos.

Sin embargo, la Sala Especializada del TEPJF prácticamente aclaró que esa violencia presidencial quedará impune porque sólo se puede responsabilizar, y no sancionar, por infracciones de índole electoral.

Veamos algunas de las expresiones no “ofensivas” (según López Obrador), pero sí “violentas” (determinación del TEPJF) que el presidente espetó contra Gálvez.

El 3 de julio de 2023 el tabasqueño dijo: “Antes, cuando imperaba el dedazo, era el presidente en turno el que imponía a su sucesor. Pero estamos hablando del presidente de una institución; ahora ni siquiera es un dirigente político o un dirigente de un partido: es un gerente, Claudio X. González hijo, el que decide. Tengo toda la información de que él llevó a cabo las consultas para que los represente, a este grupo, Xóchitl Gálvez. ¿Y por qué?”.

“Hace como 15 días, de 15 días a un mes, me enteré, mis ‘gargantas profundas’. Y fue un proceso de consulta arriba, con los que no dan la cara, pero si actúan, y son los que aportan dinero para las campañas, para la guerra sucia. Consulta también con los medios, con los dueños de los medios, consulta con los intelectuales, desde luego Aguilar Camín, Krauze, Castañeda. Por eso algunos que ya se dieron cuenta están declinando, porque pues no quieren ser comparsa. ¿Y por qué deciden a favor de la señora Xóchitl? Porque ellos suponen, ¿no?, que, si nació en un pueblo, va a tener el apoyo del pueblo. Y, además, es en realidad parte de ellos, no del pueblo, sino ella forma parte de los conservadores. Desde luego, no es de los arriba, pero sí forma parte del mismo agrupamiento, porque también en el bloque conservador hay nivelitos, ¿no?”.

Unos días, después, el 10 de julio, el tabasqueño insistió: “No es como en el flanco derecho, que ahí ya eligieron los de arriba: Diego, Fox, Salinas, etcétera, etcétera, etcétera, y los medios ya eligieron a la señora Xóchitl, eso ya está resuelto, esa fue una consulta que hicieron en lo oscurito a los de arriba, el gerente del bloque conservador, Claudio X. González, y ya impusieron a la señora Xóchitl…”.

El 11 de julio López Obrador dio vuelo a su odio contra Gálvez, como lo demuestran su expresiones: una, “ahora ya hasta estamos preparándonos porque, como no les funcionó lo de Xóchitl porque ese globo no voló…”, y otra: “Es que la señora Xóchitl Gálvez pues es Fox, es Salinas, es Claudio X. González, es Roberto Hernández. Entonces entran así, los imponen y entran atados de pies y manos. Son peleles, son títeres, empleados de la oligarquía”.

Continuó: “Y hay que ver de dónde saca Xóchitl. O sea, cuando deciden que va a ser Xóchitl a cuánto se comprometen los oligarcas, porque la costumbre que tienen es que cada uno aporta”, y remató con rencor: “El caso de Xóchitl pues ya sabemos: ¿para qué quieren a Xóchitl? Para seguir saqueando, para seguir robando”.

El 12 de julio de 2023 el tabasqueño, con su conocida mala leche, dijo lo siguiente: “Le voy a pedir a Claudio X. González que haga una investigación sobre la empresa de Xóchitl y los contratos que ha recibido del Gobierno de cuando ella fue funcionaria en el Gobierno de Fox (…), cuando fue delegada en Miguel Hidalgo”.

El 14 de julio continuó: “Puedo decir que me da tiempo todavía para que, antes de que me vayan a ‘cepillar’, para pedirle a Claudio X. González que se apure con la investigación sobre los contratos de Xóchitl, de su protegida, sí, que siendo funcionaria sus empresas recibieron contratos para obras”, y “me enteré de que se reunieron Claudio, Fox, Castañeda, de estos intelectuales, Aguilar Camín, y se pusieron de acuerdo y decidieron en favor de Xóchitl”.

Pese a que lo anterior es más que claro, con desvergüenza el 7 de agosto el mandatario quiso aclarar algunas de sus expresiones: “Esto fue lo que dije: ‘Entonces, la escogieron porque piensan que van a engañar con una mujer que nace en un pueblo de Hidalgo ―¿en dónde está la violencia de género?― y que habla de manera coloquial, directa, dice groserías —¿estoy mintiendo?— pero la gente ya no se va a dejar engañar’”.

El 18 de agosto, fecha también señalada por el TEPJF, López Obrador, consumado tergiversador, se quejó de que lo habían tergiversado y quiso explicar: “Ni mencioné a nadie, nada más dije… Ponlo. Porque tú estás planteando esto y yo ya traía la idea de darlo a conocer, porque me acusan de violencia política de género, ¡violencia política de género!, porque supuestamente yo dije: ‘Fue elegida por un grupo de hombres que la han impuesto’.

“Fíjense la perversidad de acomodar esto, cuando yo dije esto que está a la derecha: ‘No es como en el flanco derecho, que ahí ya eligieron los de arriba, Diego, Fox, Salinas, etcétera, etcétera, etcétera, y los medios ya eligieron —no puedo mencionar—. Eso ya está resuelto, eso fue una consulta que hicieron en lo oscurito a los de arriba, el gerente del bloque conservador Claudio X. González, y ya impusieron y ya hay cargada. No se han dado cuenta porque son predecibles… No se han dado cuenta porque son predecibles y obvios. Entonces, acá es distinto’.

“Pero ¿dónde digo que ‘fue elegida por un grupo de hombres que la han impuesto’?”, dijo el tabasqueño. A frotarse los ojos.

Dice López Obrador que no ofendió, pero la Sala Especializada del TEPJF ya resolvió que sí cometió violencia política de género: arriba están las pruebas. Entonces, el presidente no “ofendió”, pero sí violentó.

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